Muchos países prevén permisos, de semanas o meses, por nacimiento de un hijo, que la madre y el padre no se pueden transferir –al menos en parte–, ni disfrutar a la vez –salvo en los primeros días–. La finalidad es favorecer la implicación del padre en las responsabilidades domésticas y aliviar la desigualdad en costes de oportunidad laboral, que cargan en gran parte sobre la madre. Pero el caso de Suecia muestra que, si se da al padre posibilidad de estar más tiempo con la madre en los primeros meses, la salud de ella mejora.
Es lo que han averiguado dos profesoras de Economía de Stanford, Petra Persson y Maya Rossin-Slater, con un estudio publicado por el National Bureau of Economic Research (EE.UU.).
Dicen las investigadoras que, en rela…
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