Hogares vulnerables

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La familia es un sistema; por eso, la vulnerabilidad de alguno de sus miembros afecta a todos (especialmente cuando se trata de los más pequeños) y, en general, a la fragilidad de los hogares

El estudio Las familias en España, de Acción Familiar y la Universidad Complutense (ver “La soledad que se avecina”) considera distintas situaciones de especial vulnerabilidad, como la discapacidad de alguna persona en el hogar, la condición de refugiado… Entre ellas, las que implican violencia atraen de modo especial la atención de las autoridades y de la opinión pública.

En lo que respecta a la violencia doméstica, los datos de la Fiscalía General del Estado muestran que el número de sentencias condenatorias por ese motivo en España ascendió en 2017 a 2.847, lo que supone un aumento del 10% desde 2013. En el caso de víctimas menores de edad, la subida es del 13%. En este fenómeno es significativo el cambio en la distribución de agresores y víctimas registrado en los últimos años: aumenta el número de padres e hijos que denuncian y disminuye ligeramente el de madres.

Los matrimonios son el 85% de las parejas y suponen solo el 22% de los casos de violencia contra la mujer

También suben las cifras de violencia contra la mujer: un 2,5% con respecto al año anterior y un 7% más con respecto a 2014, hasta un total de 29.008. Como en el caso anterior, también varía la distribución según el tipo de relación entre agresores y víctimas. Así, disminuye notablemente el número de afectadas entre las unidas en matrimonio, y algo menos en las parejas de hecho. En cambio, aumentan las agresiones contra las que fueron pareja de hecho, las exnovias y las novias. El matrimonio parece la relación más segura, pues las parejas casadas, que son el 85,5% del total, suponen el 22% de los casos de violencia contra la mujer. En cambio, las de hecho representan una parte casi igual de las agresiones, siendo solo el 14,5% de las parejas.

La violencia de género es ahora mismo uno de los temas más politizados del escenario público. Por encima de las opiniones de unos y otros, resalta un dato especialmente alarmante que muestra la dificultad o el fracaso de la prevención: de las mujeres fallecidas por este tipo de violencia (45 en 2016, 51 en 2017), apenas una de cada cuatro había denunciado a su asesino por agresiones o amenazas anteriores.

El estudio destaca también a las “víctimas invisibles” de la violencia de género: los hijos de las víctimas. “Además de ser testigos de muchas de las agresiones hacia sus madres, son también víctimas directas” en algunos casos. Concretamente, en los últimos cinco años, 188 menores han quedado huérfanos y 24 han resultado muertos.

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