El informe es demoledor. Reconoce que los abusos sexuales en el sector han sido endémicos durante mucho tiempo. Denuncia que las autoridades de estas instituciones no han sabido afrontar el problema, y que han estado más preocupadas de proteger su reputación que de ayudar a las víctimas, mostrando una “complacencia rayana en la complicidad”. Critica la falta de transparencia para informar de los abusos. Y advierte que esta falta de respuesta ha favorecido que depredadores sexuales pasen de una institución a otra sin ser detectados.
El informe no tiene nada que ver con obispos ni con clérigos. Es un documento del International Development Committee (IDC), la comisión del parlamento británico que supervisa las actividades de las agencias de a…
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