Buenos Aires.— No ambulancias. No móviles policiales. No distribuidores de mercadería. Nadie se arriesga a ingresar a una “villa-miseria” en Buenos Aires. En especial, a la reconocida “Villa 31”, sub-mundo marginal donde no hay domicilios, no hay calles, no hay servicios de cloaca o agua potable, todos se “enganchan” para bajar la luz o la TV y la inseguridad es la verdadera dueña del terreno. Inseguridad laboral. Inseguridad educativa. Inseguridad por la violencia y la droga. Precariedad de “los nadies”, diría Eduardo Galeano; los ninguneados, “hijos de nadie, dueños de nada. Que no son, aunque sean. Que no tienen cara, sino brazos. Que no figura…
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