WikiTribune quiere ser un antídoto contra la manipulación informativa. Los voluntarios, que sostendrán la publicación con sus aportaciones mensuales, vigilarán que los hechos y datos contados por los periodistas profesionales sean ciertos y estén actualizados.
De un tiempo a esta parte, el mundo de la comunicación, y especialmente el de la prensa, vive en constante alarma ante un enemigo omnipresente y aparentemente invencible: las fake news, que serían la manifestación en el ámbito periodístico del clima de posverdad que algunos analistas consideran propio de nuestra época. No obstante, también hay quien entiende el fenómeno de las noticias falsas como una simple mutación de una tendencia inherente a los medios y la política (la de tratar de crear opinión “moldeando” la realidad), favorecida por las tecnologías digitales.
Sea como fuere, existe un cierto consenso en el ámbito de la prensa sobre cuál debe ser la estrategia de los medios contra el fantasma de la desinformación: datos, transparencia, objetividad (aunque la relación entre los tres términos no es unívoca). Facebook y Google, percibidos como creadores de opinión pública lo quieran o no, han reaccionado ante estas demandas. También algunos periódicos se han comprometido a estar más vigilantes.
La comunidad, el salvavidas de la prensa
Para Jimmy Wales, fundador de Wikipedia, la mejor forma de asegurar la objetividad de la información es involucrar a “la comunidad”. Por eso ha presentado WikiTribune, un medio online basado en la filosofía de la enciclopedia digital más famosa del mundo, aunque con algunos cambios. Según los planes de Wales, WikiTribune estará formado por un grupo reducido de periodistas profesionales –diez o veinte, cuyo sueldo pretende cubrir con una campaña de financiación lanzada hace unos días– y por el mayor número posible de colaboradores voluntarios, que tendrán capacidad para editar las noticias y sostendrán la iniciativa con sus aportaciones mensuales. Todos los contenidos serán accesibles a todo el mundo (no habrá muro de pago), y la página no incorporará anuncios.
Para “De Correspondent”, la independencia ideológica de los periodistas (y no una neutralidad que anule sus puntos de vista) es la mejor forma de transparencia
Los periodistas profesionales –ya se ha contratado a cinco– serán los encargados de redactar los artículos: en principio, solo noticias o análisis, no opinión. También supervisarán los cambios en el texto. Los colaboradores, por su parte, podrán editar los artículos, al estilo de Wikipedia. Su cometido es vigilar que los datos o hechos publicados son ciertos, no han sido sacados de contexto y están actualizados, y que se utiliza un lenguaje neutral y objetivo. Tanto unos como otros se comprometen a ofrecer siempre las fuentes utilizadas, de forma que cualquier persona pueda llegar fácilmente hasta ellas.
En un vídeo publicado en la web de WikiTribune, Wales explica que la iniciativa pretende “arreglar” una prensa “rota”. Según su análisis, las causas de esta crisis son varias: la difusión de noticias falsas, las burbujas de opinión favorecidas por redes sociales que ofrecen al usuario informaciones preferentemente de su misma tendencia ideológica, la dictadura del clic, que lleva a muchos medios a publicar contenidos morbosos e irrelevantes desde el punto de vista noticioso, o la poca disposición de gran parte del público a pagar por un periodismo de calidad.
El modelo de WikiTribune quiere dar respuesta a estos problemas. Al prescindir de la publicidad, se elimina la dependencia del clic. En teoría, el enfoque “objetivista” (sin opinión) vacunaría contra el sesgo ideológico de las informaciones; y la existencia de periodistas profesionales, y de una legión de “comprobadores” que vigilan sus textos, garantizaría la veracidad de los datos.
Periodismo colaborativo
No es la primera vez que se lanza un medio de periodismo colaborativo. Otras iniciativas han querido implicar a la comunidad, ya fuera solo en la financiación, en la elección de los temas, en la edición de los textos o en todos los frentes a la vez, como quiere WikiTribune.
Como cuenta Adrienne LaFrance en The Atlantic, Pierre Omeyard, fundador de Ebay, lanzó Peer News en 2010. Entonces, se le llamó “la Wikipedia de las noticias”. Además de las informaciones propiamente dichas, la web incluía páginas por temas. Los colaboradores podían editarlas, aunque los periodistas gestionaban los cambios. En teoría, era una idea brillante. Sin embargo, LaFrance, que participó en el proyecto, explica que la menguada redacción (unos diez periodistas) no daban abasto con tanto trabajo. El resultado fue que la actualidad se les escapaba de las manos, centrados como estaban en mantener actualizadas las páginas temáticas.
Algunas iniciativas similares han fracasado por la sobrecarga de trabajo de los periodistas profesionales, a los que los amateurs no pueden sustituir
Con esta experiencia en mente, LaFrance cuestiona la viabilidad de WikiTribune. Además de la escasez de plantilla, el proyecto de Wales plantea otros problemas, derivados de su carácter colaborativo. Por un lado, es una cuestión de recursos: un “periodista” amateur no dispone del tiempo ni de la red de contactos que a veces es necesaria para verificar una información. Además, puede que no todos los voluntarios actúen de buena fe, inmunes a cualquier interés ideológico. Por otro lado, si tienen capacidad para determinar los temas de investigación, en función de sus intereses, la independencia editorial y el criterio de la relevancia informativa pueden verse lesionados.
Cuestión de profesionalidad
Otro asunto tiene que ver con el estilo. Como explica Andrew Lih, autor del libro The Wikipedia Revolution, ya en 2004 Jimmy Wales lanzó un proyecto “enciclopédico” aplicado a las noticias, WikiNews. Sin embargo, fue un fracaso. Según Lih, el modelo de colaboración de Wikipedia funciona bien para un tipo de texto formal y descriptivo, en el que la escritura a cuatro, seis u ocho manos no va en detrimento de la coherencia narrativa. En cambio, contar bien unos hechos (con su contexto, suscitando el interés del lector) y en poco tiempo no es tan fácil, pues requiere de destrezas puramente periodísticas.
No obstante, algunas iniciativas de periodismo colaborativo han sido un éxito. El caso paradigmático es De Correspondent, un medio online nacido en 2013 con sede en Amsterdam, y que publica contenidos en neerlandés e inglés. Al igual que WikiTribune, se financia exclusivamente con las aportaciones de sus miembros, que ya superan los 56.000. En la campaña de financiación inaugural, recaudó más de 1,5 millones de dólares en apenas un mes, todo un récord en el mundo informativo.
De Correspondent se enorgullece de no prestar demasiada atención a las últimas novedades, para centrarse en el análisis de las tendencias. De hecho, se presenta como “un antídoto contra el yugo de la actualidad”.
Los colaboradores –y financiadores– voluntarios se encargarán de comprobar los datos y asegurar la neutralidad ideológica de las informaciones
También busca la colaboración de sus miembros, pero sin que esta afecte a la independencia editorial. Los periodistas anuncian los temas de su investigación en una plataforma donde también están los subscriptores, y estos pueden aportar su experiencia sobre algún asunto en particular. Además, según el artículo va construyéndose, reciben información sobre su desarrollo. También influyen en la política de inversiones de la empresa.
Neutralidad, un concepto equívoco
Un aspecto en que De Correspondent y WikiTribune se presentan como antagónicos es el de la búsqueda de la neutralidad. La receta de Wales contra las fake news o el sesgo ideológico parece ser: datos, datos, datos. Objetivos. Comprobables. En cambio, la del periódico holandés se podría resumir en una palabra: independencia.
Mientras que la web de WikiTribune recoge el ideal de la “información basada en la evidencia”, el manifiesto de De Correspondent aboga por la “subjetividad explícita y transparente” de sus periodistas. De hecho, el que muestren sus opiniones es una manifestación del compromiso con el mundo en que viven. En otras palabras, deben ser justos y ecuánimes, pero no neutrales. “Como organización, no tenemos una ideología política común; como individuos, miramos el mundo a través de un prisma moral”.
Ambos enfoques, el de la objetividad y el de la independencia, representan formas distintas de enfrentarse a la manipulación en la prensa. El de Wales es más ambicioso, y quizá demasiado idealista, tanto en su método de trabajo como en su objetivo de lograr una total neutralidad a base de datos. No obstante, el relativo éxito de Wikipedia en cuanto a la veracidad de la información (el tema de la financiación no va tan bien) demuestra que una comunidad implicada y seria puede ser un gran aliado de la verdad en los medios.