Aunque algunos medios hayan tratado las últimas novedades sobre el asilo irlandés de Tuam como si fueran un hallazgo sensacional, en realidad los datos recién publicados aportan poco. Confirman que, como se suponía, los restos humanos enterrados bajo el solar del antiguo establecimiento son de niños, probablemente de los que estuvieron alojados allí.
El asilo para madres solteras, que generalmente daban a luz allí porque no eran bien recibidas en el hospital público, era del Estado, que lo había confiado a las religiosas del Buen Socorro. Estuvo abierto de 1925 a 1961. Los niños permanecían con ellas hasta que se les encontrara una familia adoptiva, lo que no siempre sucedía. En general, ellos y sus madres eran objeto de rechazo social. El contexto histórico está descrito en la información publicada en Aceprensa en 2014, cuando el asunto trascendió a la opinión pública.
No los arrojaban al pozo negro
En una nota del pasado 3 de marzo, la comisión que investiga el asilo de Tuam y los otros 13 similares que operaron en Irlanda comunica los resultados provisionales de la excavación parcial realizada en el lugar. Hace tres años, las primeras noticias llegaron a decir que las monjas arrojaban a los niños muertos a un pozo negro. La comisión confirma que ese pozo, que ya no se usaba cuando el edificio era asilo, está relleno de escombros y no contiene restos humanos.
Junto a la fosa séptica hay otra estructura, dividida en unos veinte compartimentos, cuya finalidad se ignora. Ahí es donde las calas hechas detectaron “una cantidad considerable” de restos humanos, distribuidos en casi todos los compartimentos. Se extrajo “un pequeño número” de esqueletos, que corresponden a niños pequeños: entre 35 semanas de gestación y 2-3 años de edad. Según la datación mediante carbono 14, son de la época en que funcionó el asilo; las muestras más recientes, de la década de 1950.
Se han hallado restos de niños de hasta 2-3 años, muertos en la época en que funcionó el asilo
La comisión añade que tratará de averiguar quién pudo ser responsable de que se hiciera así con los cadáveres. Por lo que se sabe por otras fuentes, era normal en aquella época que se depositaran en fosas comunes los niños muertos al nacer o poco después. Que se hiciera lo mismo con otros de mayor edad alojados en el asilo parece indicar que ni las familias de las madres, ni las monjas ni las autoridades se ocupaban de procurarles un sepelio más digno; las madres mismas no debían de tener medios para hacerlo. De hecho, de los 796 niños que, según el registro civil, fallecieron en el asilo durante los 36 años que estuvo abierto, hasta ahora solo se conocen las tumbas de dos.
Posible cripta
Tampoco se sabe cómo fueron tratados los cadáveres ni si recibieron algún género de honras fúnebres. Caroline Farrow, que ha seguido el caso de Tuam desde el principio, dice en su artículo más reciente que la estructura hallada podría ser no una fosa común, sino una especie de cripta dispuesta para enterramientos. Pues una mujer, apunta, recuerda haber ayudado a las monjas a depositar cadáveres de niños en una estancia subterránea con nichos abiertos en las paredes. Para intentar corroborar esa hipótesis, así como para saber el número total de niños sepultados, haría falta una excavación completa; pero ni la comisión ni el gobierno han dicho si se llevará a cabo.
Aparte de los enterramientos, la comisión oficial ha de investigar algo a fin de cuentas más importante: las condiciones de vida en aquellos asilos y el trato que se dispensaba a las madres solteras y a sus hijos. Tiene de plazo hasta el año próximo para presentar sus conclusiones. Por los testimonios sobre la época ya conocidos, cabe esperar que el informe certifique que esas personas sufrían desprecio y marginación no solo en los asilos, sino por parte de la sociedad en general.
Mientras tanto, valen las declaraciones de un concejal de Tuam, Peter Roche, a raíz del comunicado sobre las excavaciones: “Me alegra que se haya publicado esta información y se disipen especulaciones y rumores, pero tampoco nos apresuremos a juzgar. El hecho es que la congregación del Buen Socorro también hizo muy buen trabajo en su hospital en esta ciudad”.