El gobierno de la India ha anunciado sus planes para prohibir la maternidad subrogada con fines comerciales, que en el país ha dado lugar a una industria muy lucrativa. Cuando se apruebe la ley, las parejas extranjeras ya no podrán recurrir al “vientre de alquiler” de una mujer india.
El gobierno indio ya había anunciado su propósito el año pasado, a raíz de algunos escándalos de mujeres pobres explotadas y de bebés enfermos rechazados por los clientes extranjeros. Ahora la ministra de Exteriores, Sushma Swaraj, ha explicado las líneas generales del proyecto de ley que irá al Parlamento y que será debatido antes de fin de año.
Solo podrán recurrir a la maternidad subrogada las parejas indias legalmente casadas, al menos durante cinco años, y que justifiquen médicamente su infertilidad.
Aunque lo hagan por dinero, no por eso las madres subrogadas dejan de sentir el vínculo que se crea con el hijo que han gestado
No podrán recurrir a una madre subrogada las parejas extranjeras, las parejas gais ni los solteros. Tampoco las parejas que ya tengan algún hijo, biológico o adoptado.
Para ser madre subrogada se exigirá estar casada y tener al menos un hijo. La idea del gobierno es que esta práctica no se haga con fines comerciales, sino altruistas. Por eso se establece en el proyecto que la madre subrogada debe ser pariente cercana de la pareja que desea tener descendencia.
No queda claro cómo esto puede llevarse a la práctica en un sector que ahora engloba más de dos mil clínicas en el país y genera un negocio de cientos de millones.
Desde que se aprobó la maternidad subrogada en 2002, la India se ha convertido en el país preferido para recurrir a esta práctica, al contar con clínicas especializadas, escasa regulación, doctores experimentados y una larga provisión de mujeres dispuestas a tener un hijo para otras.
Además, el coste, que oscila entre 20.000 y 30.000 dólares, equivale a la décima parte de lo que habría que pagar en EE.UU., donde la maternidad subrogada es legal. De ese dinero, la mujer gestante se lleva unos 5.000 dólares, una cantidad importante para una mujer india pobre como suelen ser las que reclutan las clínicas. Las que se someten a esta práctica suelen hacerlo para emplear el dinero en una casa o en la educación de sus hijos biológicos.
Vinculadas al bebé que gestan
Lo hacen por dinero, pero no por eso dejan de sentir el vínculo que se crea con el hijo que han gestado, aunque sea genéticamente de otra pareja. La BBC ha recogido los testimonios de tres madres subrogadas que revelan los lazos emocionales que han desarrollado con el bebé durante los nueve meses de gestación, y la pena que sintieron al separarse de él. Las clínicas evitan que la mujer vea al recién nacido, y no le dicen ni si era niño o niña.
Solo podrán recurrir a la maternidad subrogada las parejas indias legalmente casadas
El proyecto de ley del gobierno indio pretende también asegurar los derechos del niño gestado de este modo. El bebé no podrá ser abandonado por los padres, como a veces ha ocurrido cuando nacía con una enfermedad. Tendrá los mismos derechos que un hijo biológico, también en lo que se refiere a la herencia.
A las clínicas se les exigirá que estén oficialmente registradas y que conserven los datos durante 25 años. Los que violen las normas podrán ser castigados hasta con 10 años de prisión y/o un millón de rupias de multa.
Las clínicas del sector han mostrado su disconformidad con este proyecto de ley, que les puede dejar sin su negocio. Algún operador ha argumentado que si se prohíbe la maternidad subrogada para parejas extranjeras con el fin de evitar que las mujeres indias pobres sean explotadas, ¿por qué se permite esta práctica para las parejas nacionales?
También Tailandia prohibió el año pasado la comercialización de la maternidad subrogada, por lo que ahora solo es legal si la gestante acepta el embarazo por motivos altruistas. Además, los únicos clientes permitidos serán las parejas heterosexuales casadas en las que al menos uno de los cónyuges sea tailandés.