El Papa Francisco ha aprobado un motu proprio, titulado I beni temporali, sobre algunas competencias en materia económica y financiera. Esta norma supone un paso más en una larga cadena de medidas con que el Pontífice está llevando a cabo el proceso de transparencia y profesionalización comenzado por Benedicto XVI.
La reorganización de la Curia Romana en materia económica supone una oportunidad muy válida para comprender la naturaleza de la Iglesia desde una perspectiva misionera.
Los bienes de la Iglesia deben estar al servicio de sus fines propios: el culto divino, la digna sustentación del clero, el apostolado y las obras de caridad, especialmente con los necesitados (cfr. can. 1254 § 2 C.I.C.). La Iglesia no se siente propietaria de lo…
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