En su recién concluida visita a México, el Papa Francisco prestó la mayor atención a los “descartados”: migrantes, jóvenes atrapados por el narcotráfico y organizaciones criminales, víctimas de la pobreza, indígenas, mujeres que sufren violencia. Denunció con energía injusticias y explotaciones. Pero en México vio mucho más que problemas. Vio, sobre todo, esperanza.
Guadalajara (México). Al despedirse de México, el Papa Francisco citó un conocido poema de Octavio Paz: “Soy hombre: duro poco / y es enorme la noche. / Pero miro hacia arriba: / las estrellas me escriben. / Sin entender comprendo: / también soy escritura / y en este mismo instante / alguien me deletrea”. Francisco glosó: “Tomando estas bellas palabras, me atrevo a sugerir que …
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