La creciente tensión entre Arabia Saudí, principal potencia suní, y su histórico rival en el Golfo Pérsico, Irán, de mayoría chií, ha despertado el interés en Occidente por conocer la rivalidad entre estas facciones del islam. Pero los analistas coinciden en que el enfrentamiento entre ambas potencias, implicadas en las guerras civiles de Siria y Yemen, responde más a un pulso de poder por la hegemonía de Oriente Próximo que a motivaciones religiosas.
El pasado sábado, Arabia Saudí ejecutó a 47 personas. Entre ellas estaba un destacado clérigo chií, Sheikh Nimr al-Nimr, acusado de incitar a la violencia contra el régimen durante la llamada “primavera árabe”. Pero lo partidarios del clérigo, muy crítico con los dirigentes saudíes, alegan que…
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