El “siempre emocionante” mundo de los anticonceptivos ha tenido un nuevo episodio en estos días con la revelación de que decenas de miles de mujeres han reportado consecuencias indeseadas tras el implante de un dispositivo fabricado por la empresa alemana Bayer: el Essure, una suerte de muelle de níquel que es colocado en las trompas de Falopio, y que debe obstruir el paso del espermatozoide en su camino hacia el óvulo.
A disposición de las pacientes desde el año 2002, el Essure se presenta como una alternativa a la esterilización quirúrgica. Al ser implantado, provoca una reacción inflamatoria en las trompas, que en un período de tres meses terminan cerrándose completamente en torno a este y, de paso, impiden la entrada del espermatozoide.
Lo que no siempre es sencillo es retirarlo, y abundan los testimonios de mujeres que han debido someterse a histerectomías parciales o totales para poder hacerlo y poner punto final a las consecuencias de su presencia en el cuerpo, de las que se han documentado varias: desde fuertes dolores en la zona pélvica y abdominal, hasta episodios de alergia al níquel con que está fabricado el “muelle”, y la perforación de las trompas.
En Francia, unas píldoras anticonceptivas de 3º y 4ª generación fueron prohibidas por causar daños circulatorios
Las quejas por esta causa han llevado días atrás al Departamento de Alimentos y Fármacos (FDA) del gobierno de EE.UU. a solicitar la opinión de un panel de expertos. En ese país, según Bayer, suman 15.000 las quejas por incidencias con el dispositivo, de unas 17.000 registradas a nivel mundial, por los que especialistas han dado la palabra a algunas afectadas.
Al hilo del asunto,The New York Times ha recogido historias de usuarias de este anticonceptivo que han experimentado diversas dolencias, que solo han desaparecido con la retirada del Essure.
De este lado del Atlántico, también hay mujeres que han sufrido secuelas atribuibles al anticonceptivo de Bayer. En cuanto se dio a conocer la noticia de que un panel de la FDA estaba investigando el asunto, un grupo de españolas se coordinó para darle visibilidad a su propio drama. Según la Asociación de Afectadas por Essure, serían unas 240 las que refieren contratiempos relacionados con el dispositivo, y el diario El Mundo les ha dado voz a algunas de ellas en dos reportajes sobre el tema.
Bayer: “Todo dentro de lo esperable”
En España, el Ministerio de Sanidad ha documentado unas 70 notificaciones de quejas e incidentes con el dispositivo, lo que en proporción respecto al universo de españolas que se lo han implantado, constituye un “ínfimo” 0,1%. La cifra, sin embargo, se contradice con la de 240 afectadas que registra la Asociación, que ya ha creado una página en FB para conocer los testimonios comunes y dar fuerza a su reclamo de que se les repare de alguna manera.
Según Bayer, el producto ya “avisa” sobre su composición con níquel, un elemento que puede causar alergias
¿Qué opina Bayer del particular? Pues más o menos que las complicaciones detectadas están en el rango de error admisible; que el número de casos se mueve “dentro de la normalidad y de lo que es esperable”, de modo que no es necesaria ninguna “actuación especial” en ese sentido.
Respecto al uso del níquel, que se presume causa alergia a muchas de las que se han implantado el Essure, la compañía se ha querido curar en salud al alegar ante el panel de la FDA que el dispositivo incluye desde 2002 una referencia a su composición por ese metal. Si ello es cierto, a la luz de tantos testimonios sobre la afectación concreta causada por el níquel, habrá que desentrañar el misterio de si la advertencia estaba en letra demasiado pequeña o de si los ginecólogos españoles, estadounidenses, etc., no se leen los prospectos.
La fatal prisa con los anticonceptivos
El caso de Essure no es el único entre anticonceptivos que se presentan como un avance, y que luego se demuestra que causan problemas para la salud de las mujeres. Se puede recordar el caso de las píldoras de 3ª y 4ª generación que estuvieron ocasionando problemas en Francia (Aceprensa, 16-05-2014). En diciembre de 2012, al salir a la luz el caso de unas 30 usuarias del fármaco que habían presentado –como efecto derivado– accidentes vasculares graves, embolias pulmonares y trombosis venosas, llovieron las demandas contra cuatro compañías farmacéuticas, Bayer entre ellas. Una investigación de las autoridades sanitarias galas determinó que el riesgo de accidente vascular provocado por esas pastillas era de 9 a 12 casos por 10.000 mujeres, frente a los 2 por 10.000 entre quienes no las consumían. Y París las retiró de circulación.
En EE.UU. las quejas de miles de usuarias han llevado a una revisión por un panel de expertos.
¿Retirará Bayer ahora el Essure? No, y tampoco se lo pedirá la FDA, para júbilo de la cuestionada organización Planned Parenthood, que suele recomendarlo vivamente.
El panel de expertos, tras escuchar a las afectadas y examinar las evidencias disponibles, ha sugerido que se efectúen pruebas más rigurosas con una nueva muestra poblacional, elegida al azar –algo que, según los especialistas, no se hizo en 2002–, para comparar el Essure con la ligadura de trompas tradicional y determinar si algunos de los síntomas referidos por las afectadas son debidos propiamente al anticonceptivo.
Algunos miembros del grupo, sin embargo, recelan de esa posibilidad, pues los incidentes presuntamente causados por el Essure han saltado a la prensa, por lo que será difícil reclutar a nuevas pacientes.
Además, el panel recomienda que en lo sucesivo el ginecólogo examine cuidadosamente a sus pacientes y descarte implantarles el Essure si muestran hipersensibilidad o alergia al níquel, sufren de dolores pélvicos crónicos o se han sometido previamente a cirugías pélvicas. La comunicación aquí debe fluir aún más, máxime en el tema de los riesgos.
Los doctores deberán ser asimismo capacitados para poder retirar el anticonceptivo sin necesidad de dañar el útero o las trompas, mientras que aquellos cuyas pacientes presenten un mayor número de incidencias deberán someterse a una suerte de control y seguimiento por la autoridad correspondiente, para detectar cualquier irregularidad operativa.
Las sugerencias, sin embargo, son eso: sugerencias, y la FDA no ha dicho cuándo las pondrá por obra. Una flexibilidad de los tiempos que contrasta con la rapidez con que estos anticonceptivos “de última generación” –sean píldoras o muelles de níquel– saltan al mercado y se aplican sin demasiadas preguntas a las mujeres que lo desean.
Prisas de antaño que, con poco margen de duda, han pasado a ser “dolores hogaño”.