Cuando a un chico se le pregunta que aspira a ser de mayor, y en lugar de “capitán de barco”, “médico” o “piloto”, responde que “jefe de una pandilla”, las cosas van mal, muy mal. Así están los planes de futuro de unos cuantos niños en El Salvador, donde la acción de los grupos delictivos, las denominadas maras, fundamentalmente las llamadas “Salvatrucha” y “Barrio 18”, inunda las páginas de los diarios y los informativos con noticias de más y más asesinatos diarios, como si se fuera en busca de un récord.
Se mata por cualquier cosa –un reloj, una billetera, un bolso–, pero incluso, “a pesar de” las cosas materiales, con el objetivo de que la sangre en las calles presione al gobierno del izquierdista Salvador Sánchez Cerén, del FMLN, para q…
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