En dos países europeos receptores de inmigrantes como Italia y España la escuela tiene cada vez rostros más variados. Según los datos recientemente publicados, en el curso 2013-2014 eran extranjeros el 9% de los alumnos matriculados en las escuelas italianas y el 8,7% en las escuelas españolas.
En Italia los alumnos extranjeros en la enseñanza infantil, primaria y secundaria en el curso 2013-2014 fueron 802.785, con un aumento del 2,1% respecto al curso anterior. De ellos, algo más de la mitad (el 51,7%) habían nacido en Italia, de padres extranjeros. Si prospera la reforma que propone el gobierno de Renzi de cambiar el ius sanguine por el ius soli, es decir, que sean italianos los nacidos en el país, más de 400.000 podrían convertirse en italianos.
Los alumnos extranjeros en Italia proceden sobre todo de Rumania, Albania, Marruecos, China, Filipinas, Moldavia, Ucrania y Perú. El 90% de ellos estudian en escuelas públicas y el 10% en las no estatales (porcentaje que en el caso de los italianos sube al 13%).
En las escuelas españolas la proporción de alumnos extranjeros es un 8,7%. El dato no es comparable con el de Italia, ya que los hijos de extranjeros nacidos en España tienen nacionalidad española.
En total los alumnos extranjeros en la enseñanza primaria y secundaria fueron 731.167, lo que supone un descenso de 32.000 respecto al curso anterior. Se refleja aquí que el saldo migratorio empieza a ser negativo, por la vuelta de inmigrantes a su país de origen.
Estos alumnos provenían de la Unión Europea (26,7%) o de otros países europeos (4%), de África (29%), de América (32%) y de Asia (8,3%).
El 82,3% de los alumnos extranjeros estudian en escuelas públicas, el 13,7% en la enseñanza concertada y el 4% en la privada no concertada.