En uno de los capítulos del libro Cómo el mundo occidental perdió realmente a Dios (1), Mary Eberstadt explica que el declive de las Iglesias protestantes más antiguas de Europa y de Estados Unidos está ligado a los cambios doctrinales que hicieron en materia de anticonceptivos, divorcio, aborto y homosexualidad. Lo que a su vez contribuyó al debilitamiento de la familia en Occidente. Seleccionamos algunos párrafos.
(…) Estos esfuerzos reformistas contribuyeron poco a poco a un desenlace inesperado: debilitaron literal y figuradamente la familia natural, el cimiento sobre el que se basaban esas mismas Iglesias. En sus esfuerzos por atraer a los individuos que deseaban un relajamiento de la doctrina cristiana, las Iglesias se fueron olvidand…
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