La figura de un madrileño de talla universal como Álvaro del Portillo (1914-1994), es una saga de buenas obras, de hechos verificables, de edificios que perduran… “Deja poso”, aconseja San Josemaría en su obra primera, y su sucesor al frente del Opus Dei tomó debida nota. Su huella, traducible en números, se ofrece al visitante de la exposición “Un santo en datos”, que desde el jueves 11 de septiembre se abre al público en el Centro de Turismo Colón, en la capital española.
“Al hombre moderno —acostumbrado a pesar, medir y contar— la santidad le resulta un concepto lejano, porque ni el amor, ni el servicio, ni la entrega se pueden cifrar. Sin embargo, el santo siempre deja una estela de progreso y rastro tangible”, ha afirmado el comisario de la exposición, Pablo Pérez López, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Navarra.
Precisamente para palpar la estela de Álvaro, quien será beatificado el próximo 27 de septiembre en Madrid, se concibe la exposición, obra, entre otros, de la arquitecta Loreto Spá y de la artista gráfica Guadalupe de la Vallina y de Álvaro Gil, infografista. Consta de cuatro paneles semicilíndricos, cada uno con un tema concreto. El primero, “Una historia en la Historia”, ilustra la respuesta del sacerdote a la llamada de Dios, en un siglo que vivió dos guerras mundiales y grandes avances tecnológicos; le siguen “Radiografía de un servicio”, que detalla su consagración al apostolado, y “La huella de Álvaro”, acerca de su impulso personal a varias iniciativas sociales a través del mundo.
Cada panel, en su cara convexa, mediante una fotografía de grandes dimensiones y un pensamiento de San Josemaría relacionado con la santidad, muestra el tema específico que se desarrolla más ampliamente en la cara cóncava mediante datos: cuántos kilómetros recorrió en su labor apostólica, cuántos años dedicó a su trabajo en la Santa Sede, cuántas personas se han beneficiado de las iniciativas asistenciales y educativas sociales que impulsó en lugares tan disímiles como Honduras, EE.UU., Filipinas, Nigeria, etc., cuántos obispos y cardenales testificaron en su proceso de beatificación… Y anexo a cada panel se ubica otro más pequeño, en el que se puede disfrutar de un audiovisual sobre el tema.
Un último espacio —“El secreto intangible”— nos sumerge en la meditación sobre el que es origen y sentido de la vida del segundo prelado del Opus Dei: en el Dios de la cruz, de quien toman aliento los santos que en el mundo han sido. Las referencias visuales a San Juan Pablo II y a la Madre Teresa de Calcuta, contemporáneos de Álvaro del Portillo en un período tan convulso de la historia de la humanidad; sus figuras orantes, son un recordatorio al espectador de que todo el mar de actividad desplegada, todo el esfuerzo, todo el ánimo de servicio, brotan de Él, la fuente a la que, después de servir, los santos acuden gozosos.
La exposición “Un santo en datos”, organizada por la Asociación Memoria de Álvaro del Portillo, llega a Madrid después de recorrer Pamplona, Granada, Sevilla, Vigo, Alicante, Oviedo y Zaragoza, ciudades donde ha recibido la visita de más de 20. 000 personas desde el 27 de abril. Permanecerá en el Centro de Turismo de Colón hasta el 28 de septiembre, y se prevé que cuente con una importante afluencia de público en los últimos días, coincidentes con el momento de la beatificación de Álvaro del Portillo, a la que se espera que acudan unas 150 000 personas de 79 países.