Después de que se permitiera usar marihuana con fines terapéuticos en algunos estados norteamericanos, otros han dado un paso más. Colorado (desde el principio de este año) y Washington (a partir del próximo 1 de julio) han autorizado la venta para consumo por placer, con regulaciones similares a las de las bebidas alcohólicas.
A medida que aumenta la tolerancia y se consume más abiertamente, el cannabis gana buena fama. Una encuesta encargada por el Instituto Nacional sobre Drogas (NIDA), dependiente del gobierno federal, descubrió el año pasado que el 60% de los alumnos de último curso de secundaria (17-18 años) creen que la marihuana no es dañina (ver Aceprensa, 23-12-2013). Eso es un error, según ha vuelto a advertir un trabajo publicado la semana pasada por investigadores del NIDA.
Los autores revisan los estudios existentes sobre los efectos del cannabis, y concluyen que están bien documentados algunos claramente perjudiciales. Dificulta la coordinación motriz, lo que resulta particularmente peligroso cuando se maneja un vehículo. Disminuye la memoria inmediata, de suerte que hace costoso adquirir y retener informaciones nuevas: este efecto dura varios días después del consumo.
Los perjuicios son más graves para los adolescentes, probablemente porque a esa edad el cerebro aún está en desarrollo. Así, la marihuana crea adicción en el 9% de los consumidores; pero la proporción sube al 17% si se empezó de joven (y al 50% si se toma a diario). Los que la consumen con frecuencia en su juventud experimentan un descenso del coeficiente intelectual, que se mantiene en la edad adulta aun cuando ya hayan dejado la droga (ver Aceprensa, 29-08-2012, sobre un estudio al que remiten los investigadores del DINA).
Además, entre los consumidores de marihuana hay más frecuencia de fracaso escolar, pobreza, delincuencia y otros males de tipo social. Pero en este caso es difícil determinar el grado de influencia.
Los autores advierten que los estudios revisados se refieren en general a formas de consumir marihuana (por ejemplo, fumada) que dan una concentración relativamente baja de THC, el principal componente psicoactivo del cannabis. Pero hoy se están difundiendo preparados más potentes, y eso es lo que sucede desde luego en Colorado.
Primeras señales de alarma en Colorado
Pasados cinco meses desde la legalización en Colorado, se ha empezado a notar malos síntomas, cuenta el New York Times. Ha habido dos muertes causadas bajo los efectos de la marihuana. Un hombre empezó a delirar y mató a su esposa; un estudiante de 19 años sufrió una reacción similar y se arrojó desde una ventana.
Ambos habían tomado caramelos con cannabis, que son más potentes y, por lo visto, más peligrosos. Además, han llegado a manos de niños, aunque solo pueden comprarlos los mayores de edad. El Hospital Infantil Colorado comunica que este año han llegado a urgencias nueve niños por haber consumido marihuana, seis de ellos graves.
Por otro lado, la policía de algunos lugares dice que han subido las detenciones de conductores intoxicados con cannabis y las aprehensiones de marihuana sacada de contrabando a otros estados. Y que, a cambio, no se ha reducido el mercado ilegal de la droga. Pero no ha pasado tiempo suficiente para comprobar esos datos, y los defensores de la legalización alegan que son hechos aislados.
Sin embargo, aun entre los de ese campo se pide una regulación más estricta del cannabis comestible. En particular se plantea bajar el contenido máximo permitido de THC y endurecer las normas de etiquetado.