En Estados Unidos, las encuestas muestran un aumento continuo del consumo de marihuana entre los adolescentes, informa The New York Times. Preocupa ver que pierden miedo al cannabis, pese a que las pruebas científicas sobre el daño que les causa son cada vez más sólidas.
Según un reciente informe financiado por el Instituto Nacional de Drogas (NIDA), uno de cada tres estudiantes de último curso de secundaria (17-18 años) había consumido marihuana en los últimos doce meses, un 6,5% a diario. Este último porcentaje cada vez se acerca más al del tabaco (8,5%).
El consumo de marihuana, tanto ocasional como frecuente, es el único que crece. El de tabaco ha bajado fuertemente en los últimos años, y el de las drogas duras convencionales, cocaína y heroína, se encuentra en mínimos históricos. También disminuye el del alcohol, aunque sigue siendo la sustancia más consumida de las estudiadas. La proporción de escolares de último curso de secundaria que bebieron en el último mes ha pasado del máximo de 53% en 1997 al 40% actualmente.
El dato más preocupante para el NIDA es que el 60% de los adolescentes encuestados consideran que el consumo habitual de marihuana no es dañino para la salud. En esta idea puede tener que ver la legalización de la marihuana terapéutica en 20 estados, más el Distrito de Columbia. Pues, en cambio, las advertencias contra el tabaco y otras sustancias es inequívoco.
Sin embargo, la investigación científica sigue mostrando el potencial nocivo de la marihuana para el cerebro, especialmente en su etapa de formación, es decir, durante la juventud. Tradicionalmente se la relaciona con un deterioro de la sustancia blanca, la que permite la comunicación entre las células cerebrales.
Sin embargo, un estudio publicado el 16 de diciembre en Schizophrenia Bulletin ha concluido que el consumo regular de marihuana produce daños duraderos –evidentes incluso después de dos años sin consumir– en la materia gris de la región subcortical, que afecta a la memoria inmediata. Esta es necesaria para retener y usar datos como los que se emplean en tareas cotidianas, y está muy asociada al rendimiento escolar.
Además, algunas investigaciones han alertado de que el contenido de THC –el principio activo– en la marihuana se ha triplicado desde comienzos de los noventa. Todos estos datos deberían, según los autores del estudio, tomarse como una alarma ante el movimiento de despenalización legal de esta sustancia; y sobre todo ante su normalización de hecho entre los jóvenes.