La opinión pública de diversos países africanos se debate entre la necesidad de hacer justicia ante crímenes contra la humanidad y la sensación de ser juzgados por los “jueces blancos” del Tribunal Penal Internacional (TPI) de La Haya.
No se puede olvidar que, antes de la constitución de este Tribunal, en aplicación del tratado de Roma de 1998, se había creado una Corte especial para juzgar las terribles masacres de tutsis perpetradas en Ruanda en 1994, tras el accidente del avión presidencial en Kigali. Fue casi coetáneo con el Tribunal para la antigua Yugoslavia, aprobado por la ONU en 1993, que no llegó a condenar a Slobodan Milosevic, inculpado de graves crimines en Kosovo, porque murió mientras se celebraba el proceso.
Lo cierto es que…
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