Voces de alarma indican que cada vez más jóvenes españoles bien cualificados se están yendo al extranjero, ante la imposibilidad de encontrar trabajo en el país. Sin embargo, Luis Garrido, catedrático de Sociología de la Universidad Nacional a Distancia, en un artículo publicado en El País (2-04-2013), desglosa la cifra y concluye que no son tantos.
Según el Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero (PERE) a 1 de enero de 2013, ha habido un importante aumento de españoles viviendo fuera: 114.413 respecto al año anterior y casi 460.000 desde 2009. Pero si el incremento del último año lo acotamos a los que habían nacido en España y estaban en edad laboral, se queda en 3.943. El saldo es tan bajo porque es la diferencia entre las salidas de españoles autóctonos (28.643) y los que han regresado (24.700).
Garrido señala que es importante acotar los datos a los nacidos en España, por la importancia numérica de dos colectivos: los inmigrantes que han obtenido la nacionalidad española residiendo en España y los que la solicitaron al amparo de la Ley de Memoria Histórica, como descendientes de españoles que se exilaron. Aunque se cuenten como españoles que se van al extranjero, los primeros son inmigrantes retornados a su país de origen y los segundos nunca se movieron de su tierra natal.
Según las estimaciones del INE, “se puede saber que en 2012 se estabilizaron las salidas respecto al año anterior, y que la gran mayoría de los españoles nacidos en España que salen están entre los 28 y los 41 años, y son el 0,26% de los ocho millones de ese grupo de edad”.
Las voces de alarma “olvidan que la casi totalidad de esos españoles son nacionalizados y únicamente se fijan en los que se van, sin atender a los que vuelven”.