(Actualizado el 17-12-2012)
El gobierno británico acaba de hacer público el número de personas que han participado en la consulta vía web sobre la propuesta de David Cameron de legalizar el matrimonio gay en el Reino Unido. Se han pronunciado unos 228.000 ciudadanos, lo que contrasta con las 500.000 firmas que presentó en Downing Street la plataforma cívica Coalition for Marriage contra el intento de redefinir el matrimonio y que el gobierno ha desatendido.
La idea de lanzar una consulta pública sobre una iniciativa legislativa parecía coherente con el proyecto de la “gran sociedad” de Cameron (más poder cívico y menos injerencia estatal). Aunque no era vinculante, ofrecía a los ciudadanos la posibilidad de ser escuchados por sus representantes.
Paralelamente, Coalition for Marriage organizó una campaña a favor del matrimonio entre hombre y mujer. Entre otras cosas, sus impulsores recordaron que ni el gobierno de Cameron ni ningún otro tienen competencia para cambiar una institución social que no pertenece al Estado (cfr. Aceprensa, 14-06-2012).
El 12 de junio, dos días antes de que se cerrara el plazo de la consulta sobre el matrimonio gay, Coalition for Marriage presentó ante la sede del gobierno 500.000 firmas –todas ellas, de ciudadanos británicos y acreditadas– en contra de la legislación propuesta. Pero Cameron no la tuvo en cuenta. Desde entonces, la plataforma ha seguido recabando firmas hasta llegar a las 600.000.
La “gran sociedad” da la espalda a Cameron
Se comprende que ahora los portavoces de Coalition for Marriage hayan calificado de “antidemocrática” la decisión del gobierno de seguir adelante con su iniciativa pese al escaso apoyo popular cosechado. En la consulta han participado 228.000 ciudadanos y, según estimaciones del Telegraph, solo el 52-53% de ellos se manifiesta a favor.
Y eso que la consulta se guardaba dos ases en la manga. El primero: la mayoría de los pronunciamientos se realizaron de forma anónima y vía web, lo que siempre es más fácil que retratarse con nombre, apellidos, dirección y firma. Y segundo y más llamativo: la participación no se limitó a ciudadanos del Reino Unido, que son a los que afecta la ley.
El diputado conservador David Burrowes considera “deshonesto” que el gobierno quiera legalizar el matrimonio gay sobre la base de una consulta que califica de “farsa”. “La consulta plantea más dudas e interrogantes sobre el apoyo popular para seguir adelante. Ya se han malinterpretado distintas encuestas y ahora el gobierno quiere desautorizar las respuestas a su propia consulta. Sencillamente no tiene la autoridad para hacerlo”.
Algunos grupos cívicos como la British Humanist Association o el Lesbian and Gay Christian Movement han montado la contracampaña Coalition for Equal Marriage para apoyar la propuesta de Cameron. De momento, solo han logrado recabar el apoyo de 64.000 personas.
El 16 de diciembre, el Telegraph publicó una carta abierta firmada por 58 parlamentarios británicos –35 conservadores y el resto de otros partidos– en la que declaran que el matrimonio solo puede ser la unión de un hombre y una mujer.
También recuerdan que ninguno de los tres partidos principales llevaba en su programa electoral de 2010 la propuesta de legalizar el matrimonio gay. Además, el gobierno “ha desoído el parecer de 500.000 británicos frente a los pronunciamientos anónimos procedentes de cualquier parte del mundo”. Por todo ello, los firmantes consideran que “el gobierno no tiene competencia para redefinir el matrimonio”.
Los parlamentarios entienden que es innecesario transformar el sentido del matrimonio para toda la sociedad, ya que las parejas homosexuales ya tienen recogidas sus derechos en la ley de uniones civiles. “Entendemos que algunos parlamentarios defiendan la libertad de las parejas del mismo sexo a casarse, pero nosotros defendemos una libertad que está por encima de los cambios que el Estado pueda llevar a cabo en la definición legal del matrimonio”.