Quien piense que los cursos prematrimoniales en las parroquias no sirven para nada, debería hablar con Debora Caprioglio, actriz italiana, casada en 2008 con el también actor y director Angelo Maresca. “Éramos dos solteros empedernidos –declara a Avvenire–, pero nos hemos casado por la Iglesia y allí ha empezado todo”.
El camino hacia el redescubrimiento de la fe, tanto de ella como de Angelo, comenzó con el curso prematrimonial: “Antonio Pinzello, un sacerdote del Opus Dei, nos ha preparado para la boda, a través de un itinerario no solo espiritual, sino también cultural. No ha sido un cambio fulgurante, sino una progresiva aproximación a la práctica religiosa, de la que me había alejado, aun siendo siempre católica”.
Desde entonces han ca…
Contenido para suscriptores
Suscríbete a Aceprensa o inicia sesión para continuar leyendo el artículo.
Léelo accediendo durante 15 días gratis a Aceprensa.