A Scott Walker, gobernador republicano de Wisconsin y estrella del Tea Party, se la tenían jurada el movimiento Ocupa Wall Street así como los funcionarios públicos de ese estado por promover una ley hostil a los sindicatos.
La ley, que fue aprobada gracias a que los republicanos tienen mayoría en las dos cámaras legislativas, elimina el derecho de los empleados públicos a negociar colectivamente sus condiciones laborales, excepto las salariales. Además, reduce la contribución del presupuesto público a la pensión y al seguro médico de estos trabajadores. De esta forma, el estado pasa a ahorrarse 300 millones de dólares (241 millones de euros) en los próximos dos años.
Los únicos empleados públicos que se salvan de la guadaña son la policía …
Contenido para suscriptores
Suscríbete a Aceprensa o inicia sesión para continuar leyendo el artículo.
Léelo accediendo durante 15 días gratis a Aceprensa.