La memoria de actividades que ha presentado recientemente la Conferencia Episcopal (correspondiente al ejercicio del año 2010) aporta un contexto interesante para el actual debate sobre los supuestos privilegios fiscales de la Iglesia católica.
El grado de la secularización en España escapa por su propia naturaleza a un examen estadístico. Sin embargo, algunos datos muestran que los españoles siguen acudiendo a la Iglesia Católica en momentos importantes de sus vidas como el matrimonio, la muerte de un familiar o el nacimiento de un hijo.
Aunque en 2010 hubo más enlaces civiles que religiosos (una tendencia que comenzó un año antes), estos últimos supusieron entre el 42% y el 44% del total, según se tomen los datos del INE o de la Conferencia Episcopal. Si se descuentan las uniones de homosexuales (un 1,8% del total) y los matrimonios de personas previamente divorciadas, el porcentaje asciende hasta el 56,5%. También hay que tener en cuenta que en el conjunto de matrimonios cada vez hay más miembros de otras religiones afincadas en España. Esto indica que la ceremonia católica sigue siendo la opción preferida entre el “target” al que la Iglesia puede aspirar.
Además, en 2010 se celebraron 280.654 primeras comuniones, 349.820 bautismos y 309.458 funerales. Si se compara este último dato con el total de defunciones en 2010 (382.047), se observa que en el 81% de los fallecimientos se oficiaron unas exequias católicas. En cuanto a los bautismos, la cifra puede ponderarse con la de nacimientos, aunque hay que suponer que no todos los bautizados en 2010 habían nacido ese año (tomando como referencia los datos de los ejercicios anteriores, se estiman unos 30.000 bautizos de niños mayores de un año; si se restan al total, quedan los de nacidos en 2010). Hechos estos cálculos, el porcentaje de niños bautizados al poco de nacer fue del 65%.
Unos diez millones de personas asisten a Misa semanalmente.
En beneficio de la sociedad
La segunda parte de la memoria desglosa el resto de actividades de la Iglesia, aparte de la litúrgica. La pastoral engloba desde las catequesis de las parroquias hasta la atención a enfermos y presos. La “pastoral penitenciaria” –que incluye tareas de acompañamiento, prevención y reinserción– es quizás una de las realidades menos conocidas de la Iglesia católica en España, pero moviliza a 142 capellanes y casi 3.000 voluntarios.
En total, la Conferencia Episcopal estima que la labor pastoral supone más de 45 millones de horas de trabajo al año, entre sacerdotes, religiosos y seglares (muchos de ellos voluntarios). Además, la crisis económica ha hecho que las actividades de carácter asistencial realizadas por la Iglesia aumentaran un 13% en 2010.
Eso sin contar los beneficios para el Estado que derivan de otras actividades de la Iglesia no clasificables en los anteriores apartados, sobre todo la labor educativa, cultural y asistencial. Solo en la enseñanza, los 2.445 colegios concertados católicos, con una financiación por alumno muy inferior a la de los públicos, ahorran 4.396 millones de euros cada año.
Capítulo aparte merecen las organizaciones asistenciales Cáritas y Manos Unidas. Caritas asistió casi a 6,5 millones de personas, con un gasto de 247 millones de euros. El 93% de su personal es voluntario.
Por último, la gestión del patrimonio cultural de la Iglesia supone un importante atractivo turístico para el país. Aparte de los más de 500 municipios cuyo único bien cultural son las iglesias o monasterios de la zona, eventos como el Año Santo compostelano o la Jornada Mundial de la Juventud supusieron una cuantiosa inyección de dinero a las arcas del Estado.
En la declaración de la renta, se ha incrementado el número de declarantes a favor de la Iglesia Católica, llegando a suponer un 35,7% del total (7.454.823 de declaraciones).
La asignación tributaria ascendió a 248 millones, y supuso, de media, el 22% de los recursos de las diócesis, con diferencias según sus tamaños.