El 25 de marzo falleció en Lisboa, a los 69 años, el escritor italiano Antonio Tabucchi. Había nacido en Vecchiano, Pisa, en 1943. En la Universidad se sintió inclinado por la literatura española y portuguesa. Portugal fue, al final, el destino de muchos de sus viajes y de largas estancias, hasta tal punto que alguna de sus obras más famosas, como Réquiem (1992), está escrita directamente en portugués. De Portugal admira su carácter, sus paisajes y de manera especial su literatura, centrándose de manera casi obsesiva en la figura de Fernando Pessoa, al que convirtió en personaje de algunas de sus creaciones, como en Los últimos tres días de Fernando Pessoa. Fue profesor de Literatura Portuguesa en las Universidades de Génova y de Siena.
Cultivó el ensayo, el relato, la novela, todos los géneros con igual intensidad, quizás porque los tres le servían para poner en práctica su gusto por la postmodernidad, por la levedad narrativa y por lo fragmentario, notas distintivas de una literatura que contiene también unas inquietudes éticas que no llegan a convertirse en existenciales.
Autor exigente, culto, minoritario, quizás su obra más conocida, Sostiene Pereira, de la que se hizo una famosa versión cinematográfica, no es precisamente la de más calidad. Tienen más entidad, por ejemplo, La cabeza perdida de Damasceno Monteiro (1997), con un original planteamiento policiaco; Nocturno hindú (1984); Dama de Porto Pim (1983) y Réquiem (1992). En El tiempo envejece deprisa reunió nueve cuentos que tienen en común personajes en la última etapa de su vida.
En sus últimas obras, como en la novela Tristano muere (2004), radicalizó sus posturas estéticas, con planteamientos muy culturalistas y con un pesimismo que, en su caso, quizás por influencia portuguesa, se transformaba en una saudade nostálgica.
El último libro publicado en España es Viajes y otros viajes (Anagrama, 2012), volumen que contiene sus escritos sobre literatura y viaje, con una especial atención a la ciudad de Lisboa, escenario determinante en sus libros.
En Aceprensa se publicó un artículo de Javier Navascués, Antonio Tabucchi, un fingidor, que resume su trayectoria literaria.