Rebeca Oas, investigadora del Departamento de Biología Celular de la Universidad de Emory, se hace eco en First Things de una investigación realizada con células madre adultas. Un estudio, dirigido por Winston Kao y publicado en Stem Cells, ha demostrada de nuevo la eficacia regenerativa de las células madre adultas. En una experimentación con ratones, Kao empleó células madre de folículos pilosos para tratar una enfermedad de la córnea, denominada LSCD o deficiencia de las células madre del limbo. Se trata de una dolencia que se trataba cuando afectada a un ojo, gracias al otro; sin embargo, los pacientes que la sufrían en ambos ojos no contaban con tratamiento y podía ocasionarles ceguera.
Según Oas, este ensayo “es uno de los muchos que explican los avances que se han hecho utilizando células madre adultos, tanto en las técnicas de aislamiento como en su potencial uso terapéutico. Desde un punto de vista pro-vida, es siempre una buena noticia que se realicen avances médicos sin comprometer la ética, y esta es la razón de que los beneficios de la investigación con células madre adultas sean frecuentemente citados por quienes buscar argumentos contra el uso de células madre embrionarias”, que implica la destrucción de embriones.
Ahora bien, desde el punto de vista ético, ¿hay que argumentar contra el uso de células madre embrionarias por su ineficacia terapéutica? La investigadora cree que el éxito de las investigaciones con células madre adultas no debe ser utilizado para defender la dignidad de la vida humana. En este sentido, explica que el hecho de que las células madre embrionarias no hayan producido buenos resultados no lleva necesariamente a descartar su uso por parte de los investigadores. “El éxito en la investigación con células madre adultas no implica el abandono de la investigación con las embrionarias, sobre todo si se tiene en cuenta que las promesas de la investigación con células madre embrionarias se encuentran profundamente enraizadas en la mentalidad de muchos defensores de esta práctica”.
Para Oas, “un argumento sólido desde un punto de vista ético se ha de centrar en el reconocimiento de que algunos métodos de investigación desprecian la dignidad y el bien integral de la persona, mientras que otros los respetan”. Y continúa: “Es esencial que nuestra argumentación contra la investigación con células madre embrionarias se base en primer lugar, si no exclusivamente, en que se destruyen vidas humanas. Los actos malos deben ser rechazados con independencia de su eficacia potencial para producir efectos deseados”.
Ello no significa que no haya que dar la bienvenida a estas noticias sobre las últimos avances en la investigación, pues hay que ser consciente de que “en una cultura en la que la protección de la vida es un tema polémico tanto en la asistencia sanitaria como en la investigación biomédica, resulta alentador ver casos de nuevos tratamientos en los que no hace falta utilizar la vida de uno para sanar a otro”.