En esas ocasiones en que la calma social se ve sacudida por el drama de las agresiones sexuales, suele haber alguna persona –varón casi siempre– que cuestiona si no será la mujer la que provoca con su forma de vestir el abuso de fuerza del hombre. Y con frecuencia se oye la respuesta de voces feministas que consideran machista tal ocurrencia.
Desde hace meses, algunas de esas protestas se han unido en el movimiento SlutWalk, surgido a raíz de la recomendación de un policía de Toronto, durante una conferencia en la Universidad de Leyes de York celebrada a principios de año, de “evitar vestirse como una fulana” para alejar el peligro de un asalto sexual. El movimiento, cuyo nombre significa literalmente “la marcha de las fulanas”, se ha exten…
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