David Cameron ha aclarado por fin a qué se refiere cuando dice que quiere impulsar una “sociedad pro familia” (family-friendly, en inglés). El primer ministro británico ha afirmado que su gobierno promoverá el valor del compromiso y de las relaciones estables, pero sin decir -como le pide que haga buena parte de su partido- que hay que apoyar el matrimonio por encima de la cohabitación.
Hasta ahora, Cameron se había mantenido en un difícil equilibrio gracias a ideas con una carga emotiva favorable como el “centro compasivo”, la “gran sociedad” (en contraposición al “gran Estado” alimentado por los laboristas) o la “sociedad pro familia”.
Pero el pasado 9 de diciembre tuvo que concretar un poco más su propuesta de impulsar una sociedad favorable a la familia. El lugar elegido fue la sede en Leeds de Relate, una organización que ayuda a consolidar relaciones personales “entre parejas del mismo sexo, solteros, niños, jóvenes y familias”. El marco idóneo para el mensaje que quería transmitir.
Pero, por otro lado, Cameron gobierna en coalición con los liberal-demócratas de Nick Clegg; una formación política que no quiere ni por asomo legislar sobre asuntos tan “privados” como las relaciones personales.
Y aquí es precisamente donde Cameron ha tenido que bajar al ruedo y empezar a hablar claro. ¿Tiene el gobierno algo que decir sobre la forma en que la gente decide organizar su vida en común? El líder tory cree que sí.
“Soy consciente de los límites que tiene un gobierno en este terreno. Creo que hay áreas personales en nuestra vida en las que ni puede ni debería entrar. Detesto el Estado niñera. Pero no estaría en este trabajo si no pensara que el gobierno puede marcar una diferencia positiva en la vida de la gente. Lo que necesitamos es un enfoque realista y sensato”.
Cameron inventa la rueda
A juicio de Cameron, el gobierno laborista centró su apoyo a la familia en los niños; sobre todo, a través del programa Sure Start, que pretende dar más igualdad de oportunidades a los niños más desfavorecidos.
El líder tory celebra esa iniciativa, pero cree que ahora la ayuda a la familia ha de pasar por el fortalecimiento de los vínculos entre los adultos… para proteger así de manera más eficaz a los niños. Si las relaciones son sólidas, dice, entonces los niños gozarán de mayor bienestar.
Cabe suponer que la satisfacción de los padres -casados o no- repercutirá positivamente en el bienestar de los hijos. Pero el primer ministro evita entrar al fondo de la cuestión.
Por mucho que diluya su mensaje, al final lo que Cameron está pidiendo son más relaciones comprometidas, duraderas y estables; o sea, más “matrimonios de hecho”. Si está convencido de que eso es lo mejor para la sociedad, podría haber llevado el argumento hasta sus últimas consecuencias y proclamar abiertamente que el matrimonio es preferible a la cohabitación.
Precisamente eso es lo que le estaba pidiendo el CSJ en su nuevo informe. Dado que hay más rupturas entre las parejas de hecho, fortalecer esas relaciones implica dos cosas: “Reafirmar la importancia del matrimonio y del compromiso, y promover programas de formación que funcionen”.
Y, de una forma muy sutil, el informe concluye con un mensaje para Cameron: “Reafirmar el matrimonio puede ser controvertido, pero es vital. Facilitar una formación para mejorar las relaciones de los no casados es mucho menos controvertido, pero exige que se haga con programas que funcionan”.
Medidas concretas
Da la impresión de que el discurso de Cameron ha estado demasiado condicionado por la búsqueda de ese complejo “centro compasivo” que persigue: un centro donde, por lo visto, caben todos con independencia de sus preferencias razonables. Y, claro, se entiende que buena parte de su partido renuncie a hacer ese viaje.
Otra cosa es lo que Cameron esté dispuesto a hacer en el terreno de las medidas políticas. Y en esto sí parece haber más sintonía con lo que reclama el grueso de su partido. La agenda del líder tory para construir una “sociedad pro familia” puede sintetizarse en los siguientes puntos:
1. Medidas fiscales a favor del matrimonio. Habrá que ver en qué queda esto, teniendo en cuenta que los liberal-demócratas no están dispuestos a invertir una libra en este tema.
2. Facilitar el tiempo de convivencia familiar. Para que los padres puedan pasar más tiempo con sus hijos, Cameron quiere buscar fórmulas de trabajo flexibles (sobre todo, durante el primer año de vida del recién nacido). También se compromete a mejorar la red de transportes para agilizar la vuelta del trabajo.
3. Combatir el clima de sexualización impuesto a niños y adolescentes. Una comisión independiente estudiará cómo reducir los contenidos eróticos de los videoclips, las canciones, las revistas juveniles o los anuncios; en este punto cuenta con el apoyo de los liberal-demócratas (cfr. Aceprensa, 22-06-2010).
4. Ayudar a las familias que estén pasando por situaciones de crisis, mediante un programa personalizado de consejeros y orientadores familiares. El gobierno invertirá en este plan 30 millones de libras durante los próximos cuatro años; ahora se gasta 4.000 millones de libras al año para hacer frente a sólo 46.000 rupturas familiares.