El debate sobre la inmigración en Alemania presenta una doble vertiente: desde el punto de vista cultural, se habla de devolver a sus países de origen a los inmigrantes que no se esfuerzan por integrarse; pero, desde el punto de vista económico, la escasez de trabajadores hace que Alemania no pueda prescindir de la inmigración.
En el debate de las últimas semanas, las llamadas a evitar el rechazo del inmigrante han provenido sobre todo del campo económico. Frank-Jürgen Weise, director de la Agencia oficial para el Empleo, fue muy claro en una entrevista en el Süddeutsche Zeitung: “Hoy tenemos 44 millones de activos. Sin inmigración, serían 26 millones en 2050. Por lo tanto necesitamos una inmigración controlada”.
El problema es que Alemani…
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