Durante muchas décadas se ha dicho que Brasil es un país de futuro, principalmente por su población y recursos naturales. Pero sólo en los últimos años, durante las presidencias de Fernando Henrique Cardoso y Luiz Inácio Lula da Silva, se está hablando de Brasil como potencia emergente, con una proyección en el exterior que va más allá del tradicional marco sudamericano.
Un libro de Stefan Zweig, precisamente titulado Brasil, país de futuro, aparecido en 1941, contribuyó a alimentar las expectativas respecto al mayor país de América Latina. Este apasionado libro contemplaba a Brasil como una tierra de promisión y de esperanza -donde Zweig buscó refugio en 1941-en contraste con una Europa que en aquel entonces había renegado de sus valore…
Contenido para suscriptores
Suscríbete a Aceprensa o inicia sesión para continuar leyendo el artículo.
Léelo accediendo durante 15 días gratis a Aceprensa.