La Organización Mundial de la Salud ha decidido que, a día de hoy, el número de mujeres fallecidas en 2008 por complicaciones relacionadas con el embarazo y el parto sea de…. (redoble de tambores)… 358.000, un 34% menos que en 1990.
Según el informe Trends in maternal mortality elaborado por la OMS con UNICEF, UNFPA y el Banco Mundial, el progreso en la reducción de la mortalidad materna es notable, pero todavía está muy lejos de los Objetivos de Desarrollo del Milenio que marcan una reducción del 75% entre 1990 y 2015.
Antes de dar crédito a datos como los ofrecidos por la OMS, hay que recopilar algunos estudios anteriores y hacer las pertinentes comparaciones. Resulta que con datos de 2004 la misma OMS, en su informe sobre Global Burden of Disease, seguía cifrando en 527.000 muertes anuales la mortalidad materna. ¿Puede haber disminuido la cifra tan drásticamente en el periodo 2004-2008?
Sin duda, no es nada fácil llegar a conocer las cifras de la mortalidad materna, pues los países donde es más alta suelen ser también los que tienen menos registros sanitarios fiables. Pero por eso mismo habría que anunciar estos datos con bastante cautela .
En mayo de 2009 la presidenta de la Asociación Americana de Obstetras y Ginecólogos por la vida, Donna Harrison, ponía en solfa la metodología aleatoria de ajustes utilizada por la OMS en sus estudios, hasta el punto de que algunos de sus investigadores reconocieran abiertamente que en algunos lugares se hacían ajustes de hasta un cincuenta por ciento para que los números salieran bien. (Cfr. Aceprensa, 09-06-09).
Los “abortos no seguros”
Y ocurre lo mismo con las cifras de muertes causadas directamente por abortos no seguros, una de las cuatro causas de mortalidad materna junto a las hemorragias severas después del parto, las infecciones y las alteraciones de la tensión. En 2008, la OMS cifraba en 68.000 las muertes por abortos inseguros, cuando años antes no bajaba de 250.000, y la situaba como la primera de las cuatro causas citadas de mortalidad materna.
Todo parece indicar que la prioridad de la OMS estaba antes más orientada a tener argumentos, aunque se apoyaran en estadísticas “ajustadas” sin un criterio objetivo, para promover la liberalización del aborto en países en desarrollo. Ahora, teniendo tan cerca el año 2015, no conviene seguir haciéndolo para poder justificar, si no el cumplimiento total, al menos una aproximación a la disminución del 75% fijada como uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
Algunos medios no se han enterado del giro de la estrategia global y siguen engordando las cifras de aborto. Es el caso de un periodista que sin decir la fuente afirma que los abortos clandestinos en América Latina son 4,5 millones y el 21% acaban con la muerte de la mujer (El País 11/08/10). Eso significa que la mortalidad materna causada por abortos inseguros en Latinoamérica ascendería a 945.000 muertes, casi el doble del número que la OMS achaca a la suma de las cuatro causas de la mortalidad materna en todo el mundo.
No le faltaba razón a la doctora Harrison cuando aludía a que “sin datos ciertos las medidas que se adopten se basarán en presupuestos políticos, más que en hechos científicos”.