Nancy Keenan, presidenta de la organización abortista NARAL, y otras líderes del movimiento pro-choice de Estados Unidos reconocen en declaraciones a Newsweek el escaso atractivo que hoy tiene su causa para los menores de 30 años.
El artículo de Newsweek, firmado por la periodista Sarah Kliff, deja entrever cierto tono de nostalgia. Quedan atrás aquellos días en que cientos de activistas pro-choice se reunían cada 22 de enero para conmemorar un nuevo aniversario de la sentencia Roe vs. Wade (1973).
Ahora el alboroto y el tono festivo se encuentran en el lado pro vida. Así quedó patente en la última marcha por la vida celebrada en Washington, donde casi la mitad de la muchedumbre parecía tener menos de 30 años (cfr. Aceprensa, 2-02-2010).
Las defensoras del derecho al aborto cada vez están más preocupadas con el relevo generacional y, por primera vez, empiezan a hablar de ello abiertamente. Su causa -admiten- atrae a muchos menos jóvenes.
Esta es la impresión que sacó la veterana Nancy Keenan, presidenta de NARAL Pro-Choice America, el día de la mencionada manifestación pro vida. “Lo único que pensé fue: ¡Madre mía, son tantos y tan jóvenes!”.
Ciertamente, el contraste es llamativo: frente a los 400.000 activistas pro vida que se juntaron el 22 de enero en Washington, la marcha pro-choice que tuvo lugar ese día no logró convocar a más de cien personas.
Si la cosa continúa así, en una o dos décadas las filas pro aborto podrían quedar bastante mermadas. Así lo confirma una encuesta realizada por la propia NARAL entre 700 jóvenes estadounidenses (menores de 30 años). El 51% de los encuestados que se declara en contra del derecho al aborto considera la defensa de la vida un asunto “muy importante”; en cambio, sólo un 26% de los pro-choice muestra el mismo entusiasmo.
Por qué atraen menos
El artículo de Newsweek ofrece dos posibles explicaciones a estos resultados. La primera tendría que ver con los logros de las pro-choice: “Paradójicamente, en la medida en que NARAL protege mejor el derecho al aborto, menos falta hace apoyar esta causa”, escribe Kliff.
Según esta interpretación, no es que los jóvenes estadounidenses se opongan al derecho al aborto; lo que pasa es que, como ya está garantizado, se han desentendido de la causa. Ahora bien: si alguien amenazara con revocar Roe, otro gallo cantaría.
Pero esta explicación casa mal con la tendencia hacia la postura pro vida que revela la última encuesta Gallup (cfr. Aceprensa, 18-05-2009). De hecho, uno de los datos más significativos del sondeo es que los jóvenes de entre 18 y 29 años constituyen ahora el grupo más numeroso de los que declaran que el aborto debería estar prohibido en todas las circunstancias.
Entre 2005 y 2009, el 23% de los que sostenía esta postura eran jóvenes; un 21%, mayores de 65 años; y un 17% se repartía entre los demás grupos de población.
La segunda razón que apunta Kliff parece más convincente. A su juicio, la causa pro vida ha ganado simpatizantes gracias al desarrollo de las ecografías, que han hecho más visible el desarrollo del feto. “La tecnología ha ayudado claramente a definir que la gente piensa acerca del feto como un pleno ser humano vivo”, reconoce Kate Michelman, ex presidente de NARAL. Esto, unido a un lenguaje moral más persuasivo, está atrayendo a la mayoría de los jóvenes hacia las filas pro vida.