El calentamiento global y el aumento de catástrofes naturales con la consiguiente multiplicación de pérdidas económicas no guardan relación. El argumento, que ha sido utilizado desde hace varios años por el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), se ha demostrado un fiasco más en la serie de imprecisiones y omisiones que rodean a los informes del Panel y que han sido repetidos por políticos y divulgadores en los últimos años, según asegura un editorial de la edición europea de The Wall Street Journal (25-01-2010), bajo el irónico título de “La última tormenta del cambio climático”.
Este fallo -revelado por el Sunday Times (24-01-2010)- se apoya en una simple cuestión técnica. La hipótesis de la relación entre calentamiento y desastres naturales comenzó a aparecer en publicaciones divulgativas desde 2006, fruto de un trabajo de investigación inconcluso, firmado por Robert Muir-Wood. Los científicos responsables del estudio afirmaban entonces haber encontrado “una pequeña tendencia, estadísticamente significativa, de un incremento anual del 2% en las pérdidas por catástrofes naturales”, hallazgo que resultaba tremendamente sugerente y encajaba en la línea argumental de los defensores del cambio climático. De hecho, el dato fue recogido en la Stern Review de 2006 y, posteriormente, en el informe principal del IPCC correspondiente a 2007, donde estas incipientes conclusiones se destacaban en el capítulo de “Calentamiento global y desastres naturales” con tintes dramáticos.
La publicación definitiva de la investigación de Muir-Wood et al. en el libro Climate Extremes and Society, ha desvelado una nueva sorpresa: después de analizar las pérdidas por desastres naturales entre 1970 y 2005 sus responsables concluyen que “no hay indicios suficientes para afirmar que haya relación entre el calentamiento global y las pérdidas por desastres naturales”. Es más, la mayoría de los científicos que han estudiado el tema incluidos en el mismo libro coinciden en afirmar que la correlación dista mucho de estar comprobada.
Jean-Pascal van Ypersele, vicepresidente del IPCC, ha replicado que “esta vez el fallo es del Sunday Times, no del IPCC. El dominical confunde dos cosas muy diferentes, que son la posible relación entre el calentamiento y las pérdidas económicas debidas a fenómenos extremos -objeto de los trabajos de Muir-Wood- y el posible vínculo entre el calentamiento y los fenómenos extremos en sí mismos”.
Por su parte, Le Monde (29-01-2010) [suscriptores] sintetiza el fuego cruzado que se dirige en las últimas semanas contra la objetividad de los informes del IPCC. Por una parte, el último informe (2007) daba una estimación errónea sobre los glaciares del Himalaya, de los que se pronosticaba su desaparición antes de 2035. La estimación no procedía de trabajos científicos, sino de un informe de una ONG de protección de la naturaleza -el World Wildlife Forum-, que se inspiraba en un artículo de prensa publicado en el semanario New Scientist. El IPCC ha reconocido que fue un error incluir ese dato.
La presión sobre el IPCC se desató el pasado noviembre cuando unos hackers se introdujeron en los servidores de la universidad de East Anglia (Reino Unido) y divulgaron la correspondencia privada de varios climatólogos -colaboradores del IPCC-. Los mensajes cruzados provocaron acusaciones sobre manipulación de datos, ocultamiento de información y maniobras para marginar a sus colegas más escépticos sobre el calentamiento global (cfr. Aceprensa 1-12-2009).