Era una broma bastante conocida entre los médicos daneses en Groenlandia: solía decirse que si una mujer inuit (esquimal) acudía a consulta por tener un dedo hinchado, salía de allí con un anticonceptivo colocado en el útero.
Una broma de pésimo gusto, sí, pero con bastante arraigo en la realidad. Cuando en 2022 la radio danesa DR publicó una serie de reportajes sobre el fenómeno de los dispositivos intrauterinos (DIU) que se les insertaron a adolescentes y jóvenes inuits entre finales de los años 60 y mediados de los 70, ofreció una cifra escalofriante: de las 9.000 que transitaron por su edad fértil en ese período, a 4.500 se les colocaron estos anticonceptivos.
Muchas ni se enteraron de que, tras un aborto o un parto, las habían sometid…
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2 Comentarios
¡Y además es abortivo! Qué abuso tan grande para las jóvenes y los hijos que no dejaron nacer.
Qué atropello a la libertad personal! Si lo hicieron sin el consentimiento de cada una, es un «pequeño» genocidio. Aunque no es pequeño, porque cada persona vale por sí misma, independientemente de su raza, posición económica o cultura.
Que los daneses no lo vuelvan a hacer! Hay que estar atentos!