El número de pacientes ingresados en los hospitales de Gran Bretaña por problemas de salud mental relacionados con el alcohol y las drogas ha subido un tercio en tres años, como muestran los últimos datos publicados por el Servicio Nacional de Salud. La subida ha sido de 37.000 pacientes en 2003 a más de 47.000 en 2006. Sin embargo, el total de pacientes hospitalizados en unidades psiquiátricas está bajando: en 2006 fue de 180.000, un 15% menos que el máximo registrado en 1998.
Para la portavoz de sanidad del partido conservador, Anne Milton, este preocupante aumento de ingresos revela a las claras el daño real que causan el alcohol y las drogas, así como la fallida estrategia que ha seguido el gobierno laborista en la prevención de estos problemas entre los adolescentes.
Milton acusa al gobierno de haber contribuido a crear en la gente la impresión de que el cannabis y otras drogas son prácticamente inocuas. Según los datos del Servicio Nacional de Salud, en Gran Bretaña más de tres millones de adultos consumieron alguna droga ilegal durante el año pasado.
Los peligros del cannabis para la salud mental han sido detectados en distintos estudios. Uno de los más esclarecedores fue el presentado en Londres en 2004 en un congreso del Instituto de Psiquiatría británico. El trabajo se hizo sobre una muestra de 2.400 jóvenes alemanes de 14-24 años, entre los que se halló un 10% de chicos con predisposición a psicosis. Cuatro años más tarde, se volvió a entrevistar a todos para evaluar el uso del cannabis y la presencia de síntomas psicóticos.
El resultado fue que el consumo de cannabis aumenta los casos de psicosis: mucho en los jóvenes con predisposición y ligeramente en los demás. Entre los primeros, presentaban síntomas psicóticos el 51% de los que fumaban cannabis, frente al 26% de los no consumidores. Entre los no predispuestos, las proporciones fueron del 21% y del 15%.