Un enfermo, una familia

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Atención integral es el punto fuerte de Laguna. Atención también social. De ahí el interés por el entorno del paciente, vital en el caso de los cuidados paliativos. “Cuando tiene una enfermedad así, se podría decir que un enfermo es también en cierto sentido una familia enferma”, opina el Dr. Noguera. Con ese planteamiento, desde la primera entrevista de la unidad de trabajo social se busca detectar los problemas y preocupaciones del entorno familiar y se estudia su implicación en el cuidado del paciente.

Los familiares que se encargan del enfermo “suelen tener dudas de que si lo que están haciendo es correcto o no. Desde un plano puramente material, enseñarles a cuidar y confirmarles en que están haciendo las cosas bien ya les da mucha seguridad”, explica el Dr. Noguera. Al mismo tiempo, “ayudarles a ver que lo que están haciendo es muy importante, y es muy bueno, aunque no podamos curar a esa persona”, supone “cambiar los objetivos para evitar frustración y crisis emocionales”.

Noguera habla de “micromuertes”. El proceso de un paciente terminal supone ir perdiendo muchas capacidades antes de la vida. “Por decirlo de alguna forma -indica el subdirector médico-, se va quedando sin capacidad de hacer y lo único que queda es lo que es” y se le cuida “porque lo que nos interesa es lo que es esa persona, aunque ya no pueda hacer”. Y todas esas “micromuertes” las va sufriendo el paciente, pero también la familia.

Muchas veces, “la familia se satura porque, además de cuidarle, tiene que hacer todo lo que esa persona hacía. Una doble carga”. Por eso, dice el Dr. Noguera, “necesitan mucho apoyo emocional, en algunos casos apoyo de un especialista, un psicólogo”. Además de esta posible atención psicológica, otros servicios que se ofrecen en Laguna enfocados al entorno del paciente son la ya citada unidad de respiro familiar o el programa de duelo, para sobrellevar mejor la muerte del ser querido.

Uno de los objetivos declarados de Laguna es el desarrollo de iniciatias de sensibilización y apoyo hacia las personas dependientes. Entre ellas, el centro cuenta con una red de voluntariado. Se compone de jubilados, sobre todo, y de un pequeño grupo de gente joven. Actualmente son 50 personas, aunque hay intención de duplicar el número. Dedican dos horas a la semana a visitas y cuidado de enfermos y reciben previamente unos cursos de formación.

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