Un informe encargado por el BBC Trust, organismo encargado de supervisar la gestión de la cadena pública británica, ha reconocido que es necesario mejorar su imparcialidad, pues “hay una tendencia al pensamiento de grupo con demasiados directivos situados en un espacio compartido y una zona de confort”. El documento, además de incluir el seguimiento durante un año de la cadena, recoge algunas afirmaciones realizadas el pasado año en un seminario sobre imparcialidad organizado por la BBC. Cita a Andrew Marr, ex periodista político de este medio, que considera que existe una “innata tendencia liberal” (liberal en sentido anglosajón, es decir, moral y políticamente progresista) provocada por el hecho de que es “una organización urbana de financiación pública que cuenta con una proporción anormalmente amplia de gente muy joven, de gente perteneciente a minorías étnicas y casi con certeza de gays, en comparación con el conjunto de la población”.
El informe ha sido redactado por un productor independiente y aprobado por una comisión encabezado por Richard Tait, miembro del consejo de administración de la cadena. Para llevar a cabo su análisis, el texto pone una atención especial en la campaña “Live 8”, promovida por los cantantes Bob Geldof y Bono y el escritor Richard Curtis. El acto cumbre de aquella iniciativa fue un concierto celebrado en 2005 cuyo objetivo era presionar al G-8 para que llegase a acuerdos contra la pobreza y por la condonación de la deuda externa. Según el documento, la BBC dio una enorme cobertura a la campaña, incluyendo documentales, emisiones en directo y promoción en programas de ficción -contra las propias reglas de la cadena-, y todo sin incluir puntos de vista alternativos al de “Live 8”. El documento dice que incluso las campañas apoyadas por todos los partidos políticos deben ser sometidas a un escrutinio crítico.
La investigación concluye que la cadena debe ser más imparcial, y para ello propone 12 principios. Entre ellos, se afirma que “la imparcialidad no es excusa para programas insípidos; permite un espacio para opiniones, razonables y con base en hechos, por parte de periodistas experimentados y documentalistas, así como para discusiones controvertidas, apasionadas y polémicas de colaboradores y redactores”. Además, el informe dice que la imparcialidad no tiene que aplicarse solo a la información, sino también al entretenimiento, la ficción y los programas de humor. Y que la política interna de igualdad de oportunidades, que incluye la discriminación positiva, no debe confundirse con la política editorial, que debe reconocer la pluralidad de opiniones que existe en el país.
Según una encuesta realizada para preparar el informe, para el 61% de los espectadores y oyentes de la BBC, muchas veces la cadena no da una visión documentada e imparcial. A juicio del 83%, la BBC no debería excluir ningún punto de vista, por impopular o radical que sea. “La audiencia de la BBC -dijo Tait- cree que la imparcialidad no se debe confundir con la sujeción a lo políticamente correcto”.
En el seminario sobre imparcialidad del año pasado, algunos ejecutivos reconocieron que no tratarían todas las sensibilidades religiosas de igual modo: por ejemplo, emitirían imágenes que mostraran a alguien arrojando la Biblia a la basura, pero no el Corán. Un reportero criticó a la cadena por ser “anti-americana”. Y el informe ahora publicado recoge que el encuentro expresó, entre otras, la idea de que hay “algún tipo de consenso liberal” en la institución.