El Departamento de Educación de Estados Unidos acaba de aprobar el reglamento definitivo por el que se autoriza la educación diferenciada en las escuelas públicas. Ya hace cuatro años, el gobierno anunció que revisaría las normas vigentes, de 1972, contra la discriminación sexual en la enseñanza, que no prohíben formalmente la educación diferenciada, pero ponen tantas dificultades que de hecho la hicieron casi desaparecer de la red pública (ver Aceprensa 67/02). Mientras se preparaba el nuevo reglamento, el Departamento de Educación aclaró que se admitía una aplicación menos restrictiva del anterior, lo que hizo surgir numerosas iniciativas de enseñanza diferenciada en el sector público (ver Aceprensa 122/02 y 135/04).
El reglamento recién aprobado, que entrará en vigor el 24 de noviembre próximo, permite expresamente a las escuelas públicas enseñar de forma separada a chicas y a chicos, siempre que se dé a ambos sexos una educación «sustancialmente igual». Todo programa de educación diferenciada deberá estar dirigido a mejorar el rendimiento de los alumnos, a ampliar las opciones educativas que se ofrecen en la red pública o a atender las necesidades de un determinado grupo de estudiantes, y tendrá que ser sometido a evaluación al menos cada dos años, para comprobar que cumple los requisitos legales.