Las remesas de dinero que los inmigrantes envían a casa están convirtiéndose en uno de los más importantes flujos financieros internacionales desde los países más ricos a los países en desarrollo. En el caso de la UE, donde las oleadas migratorias han sido más fuertes durante la última década, las cifras absolutas y su crecimiento relativo son llamativos. Casi 9.000 millones de euros han salido desde la UE, lo que supone un aumento del 45,7% desde 2000. Entre el 66% y el 75% de ese dinero se envió a países en desarrollo.
Según la «Segunda encuesta de remesas de trabajadores de la UE a terceros países», realizada por la Dirección General de Asuntos Económicos y Financieros de la Comisión Europea, España es el estado miembro desde donde más dinero se envía en remesas a países que no pertenecen a la UE: 3.258,3 millones de euros en 2004, un 141,9% más que en 2000 y el equivalente del 0,39% del PIB español. Sólo Portugal presenta un crecimiento mayor, 183,2%. De las cifras con las que se cuenta, se deduce que Alemania está en segundo lugar, con 2.038 millones de euros enviados y Francia en tercero, con 1.398 millones. El resto de países baja de 1.000 millones (Italia y Holanda ocupan cuarto y quinto puesto), sin contar al Reino Unido, que no ofrece datos de 2004, pero cuyas cifras de 2003 lo sitúan cerca de los 2.500 millones de euros.
Del total de remesas procedentes de España, 2.112,7 millones de euros fueron a países en desarrollo, lo que supone una subida del 319,4% de 2000 a 2004.
Observando los datos con los que se cuenta sobre los destinos de las remesas, Hispanoamérica es la región que más ha aumentado, con un incremento muy fuerte, del 317% entre 2000 y 2004, hasta los 2.010,5 millones de euros, en buena medida por el aumento de los envíos desde España (de 411,6 millones de euros en 2000 a 1.720,8 en 2004, el 86% del dinero enviado desde la UE a esa región). Las remesas dirigidas a Hispanoamérica son ahora el 34% del total, cuando en 2000 eran el 12%.
Los países del Mediterráneo siguen siendo los principales receptores de remesas, con 3.233 millones de euros, pero es la región receptora que menos crece en el período 2000-2004: sólo un 2,3%, y su participación en el total pasa del 79,8% al 54,9%. Europa del este aumenta un 103,1%, de 318,6 a 647,3 millones. El país que más dinero recibe de los trabajadores de la UE es Marruecos, con 1.193,5 millones de euros en 2004. Siguen Colombia (761,1 millones) y Ecuador (664 millones).
Sin embargo, la misma encuesta señala que las cifras «deberían ser tratadas con extrema precaución» porque los datos son incompletos y en algunos casos de mala calidad. Además de faltar datos de ocho Estados miembros, algunos con una significativa tradición inmigratoria -como Dinamarca, Austria, Suecia o Finlandia-, los de otros son antiguos, como los de Reino Unido, o no distinguen si los países destino están en desarrollo o desarrollados. En este último caso se encuentran Estonia, Letonia y, de nuevo, Reino Unido. La importancia de estos países en la cuestión estudiada lastra el rigor de la encuesta.
Además, hay un flujo de remesas ocultas que no se contabilizan: las sumas de dinero que los emigrantes llevan en mano cuando vuelven a su país de origen, mayor en el caso de los marroquíes, a causa de la cercanía geográfica. Según el Banco Mundial, esos flujos no contabilizados suelen aumentar la cantidad de las remesas al menos en un 50%.
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