La epidemia de sida sigue extendiéndose en todas las regiones del mundo y las nuevas infecciones han crecido un 10% en los dos últimos años, según el informe que acaba de publicar Onusida, la agencia de la ONU encargada del asunto. La situación es cada vez más preocupante y quizá por eso el informe subraya la importancia de que los programas de prevención tengan en cuenta los distintos tipos de población a los que se dirigen y que se centren en aquellos que por sus comportamientos tienen mayor riesgo de infección por el VIH.
El informe habla de centrar la prevención en los «comportamientos de riesgo» (se evita utilizar la expresión «grupos de riesgo» para no «estigmatizar» a nadie, aunque esos comportamientos son peculiares de los grupos que no se quiere nombrar). «La importancia de los comportamientos de riesgo (como el consumo de drogas intravenosas, las relaciones sexuales remuneradas sin protección y las relaciones sexuales sin protección entre varones) resulta especialmente evidente en las epidemias de VIH de Asia, Europa Oriental y América Latina», dice el informe.
En Europa Oriental y Asia Central, dos de cada tres infecciones (67%) por el VIH en 2005 se dieron entre consumidores de drogas intravenosas.
En Asia meridional y sudoriental (no incluye la India), casi una de cada dos infecciones (49%) ocurrieron entre prostitutas y sus clientes, y el 22% entre consumidores de drogas intravenosas.
También señala que «los brotes de VIH entre varones que tienen relaciones sexuales con varones empiezan a ser evidentes en Camboya, China, India, Nepal, Pakistán, Tailandia y Vietnam».
En América Latina, el 26% de las infecciones se dieron por relaciones homosexuales, el 19% por consumo de drogas intravenosas y el 17% en el ámbito de la prostitución.
El informe señala que «aunque las epidemias también se propagan a las poblaciones generales de los países de esas regiones, siguen estando muy concentradas en grupos de población específicos. Esto subraya la necesidad de centrar eficazmente las estrategias de prevención, tratamiento y atención en los grupos de población que corren mayor riesgo de infección por el VIH».
Esta observación avala la idea de que es poco eficaz utilizar las mismas recomendaciones y los mismos mensajes de prevención entre la población general y los grupos con mayor riesgo de infección.
Para Onusida, en Norteamérica y Europa las relaciones sexuales entre varones siguen siendo un factor principal de riesgo. «La prevalencia del VIH oscila entre el 10% y el 20% entre los varones que tienen relaciones sexuales con varones en algunos países de Europa Occidental, con pruebas de un aumento de las relaciones sexuales sin protección en ese grupo de población». Esta tasa es muy superior a la de otros grupos de población.
Expertos epidemiólogos hacen notar que este dato no debería ser ignorado en las campañas de información sobre el sida entre los jóvenes. Cuando en la escuela se dice que la conducta homosexual es tan normal como la heterosexual y se ocultan los riesgos de salud derivados del estilo de vida homosexual se está escondiendo una información relevante.
Un signo positivo es el declive entre 2000 y 2005 de la prevalencia de la infección por VIH entre las mujeres jóvenes de 15 a 24 años en ocho de los 11 países africanos con datos suficientes. El descenso se ha observado en Bostuana, Burundi, Costa de Marfil, Kenia, Malaui, Ruanda, Tanzania y Zimbabue. El informe lo atribuye al retraso en el inicio de la actividad sexual, la reducción del número de parejas y al mayor uso de los preservativos.
ACEPRENSA