Nigeria
La tendencia de los líderes africanos a perpetuarse en el poder ha encallado en Nigeria, donde el Senado ha rechazado las enmiendas a la Constitución que habrían permitido al presidente Olusegun Obasanjo concurrir a las elecciones por tercera vez. El plan para extender el mandato del presidente Obasanjo y de los gobernadores fue meticulosamente preparado en estos tres últimos años con ingentes sumas de fondos públicos (ver Aceprensa 50/06). Sin embargo, la estrategia ha fallado. Ante la sorpresa de muchos, el Senado nigeriano abortó el 16 de mayo las enmiendas a la Constitución de 1999, algunas de ellas necesarias, pero entre las que se incluía la posibilidad de un tercer mandato presidencial. Fue una sorpresa, porque el partido del presidente contaba con una mayoría más que suficiente y había amenazado con expulsar a sus diputados díscolos.
Durante el debate que siguió a la primera lectura, ya se vio claro que no se contaría con la mayoría de dos tercios necesaria para modificar la Constitución. En esos días se hizo público lo que ya se sospechaba: que los partidarios del tercer mandato habían pagado 50 millones de nairas (más de 300.000 euros) a cada miembro del partido a cambio del voto a favor. Casi todos aceptaron el dinero. Sin embargo, cuando el Senado volvió a reunirse para proceder a la segunda lectura del proyecto, los senadores rechazaron por mayoría reanudar el debate.
¿Qué pasó? Unos dicen que los senadores no estaban satisfechos con la cantidad ofrecida o con el modo del reparto; otros sostienen que las fuerzas políticas de la oposición aprovecharon que la opinión pública estaba en contra del proyecto para convencer a sus compañeros del Senado de que ese error podría costarles su carrera política.
Tres días más tarde, Obasanjo se dirigió a los jerarcas del partido y aceptó el veredicto del Senado, al que ya se había unido la Cámara de Representantes.