El Consejo Mundial de las Iglesias se reúne en Brasil

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Más de setecientos delegados, en representación de 340 iglesias y comunidades cristianas, participan en la IX Asamblea General del Consejo Mundial de las Iglesias, que se celebra en la Universidad Pontificia de Porto Alegre (Brasil) del 14 al 23 de febrero. Aunque no forma parte de esta organización, la Iglesia católica está presente con una delegación de dieciocho personas, como observadores. El cardenal Walter Kasper, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, participa en la asamblea.

El Consejo Mundial de las Iglesias, con sede en Ginebra, fue fundado en 1948 con el fin de desarrollar el diálogo y cooperación entre las Iglesias cristianas. Actualmente agrupa a la mayor parte de las Iglesias ortodoxas y protestantes de más de cien países. Las relaciones entre la Iglesia católica y el Consejo Mundial se iniciaron durante el Concilio Vaticano II, en el que participaron como observadores dos representantes de Ginebra. Esto llevó en 1965 al establecimiento del «Grupo de Trabajo Conjunto», que sigue siendo el medio de contacto y cooperación.

La Iglesia católica no es miembro del Consejo, pero es parte integrante de la Comisión «Fe y Constitución», cuyo objetivo es continuar con la búsqueda de la unidad de los cristianos, promoviendo el estudio y la reflexión en común sobre temas en los que siguen estando divididos, como por ejemplo, la eclesiología.

Por parte católica se ha reafirmado en las últimas reuniones la necesidad de que el movimiento ecuménico goce de una nueva claridad en sus fundamentos teológicos. Dentro de unos meses se aprobará el programa del «Grupo de Trabajo» para el periodo 2006-2012, que estará dividido en cuatro apartados: ecumenismo espiritual, la formación ecuménica, el testimonio común en campo social y moral y la colaboración en el terreno del diálogo interreligioso.

En el seno del Consejo Mundial de las Iglesias existe una gran diversidad de puntos de vista. Por ejemplo, las Iglesias ortodoxas han criticado las tomas de posición del Consejo ante determinadas situaciones internacionales y en cuestiones menos coyunturales como el papel de la mujer en las Iglesias o la homosexualidad. También se oponen a que se comparta la comunión durante las reuniones ecuménicas. De hecho, algunos grupos ortodoxos y anglicanos desean que sus respectivas confesiones abandonen el Consejo Mundial.

Una de las principales tareas de la asamblea de Porto Alegre es nombrar a los miembros del nuevo comité central encargado de las actividades del Consejo hasta la próxima asamblea, que tendrá lugar en 2013. Su actual secretario general, Samuel Kobia, ha abogado en los últimos años por la necesidad de profundizar el fundamento espiritual y teológico de las relaciones ecuménicas. Kobia fue recibido en el Vaticano por Benedicto XVI en junio de 2005.

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