El 1 de diciembre, el Tribunal Constitucional de Sudáfrica se pronunció a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo, e instó al Parlamento a que incluya a las parejas homosexuales en la definición legal del matrimonio. Si el Parlamento no lo hace en el término de un año, al cabo de ese plazo la sentencia surtirá efecto por sí sola. Con esta decisión, Sudáfrica se convierte en el quinto país -después de Holanda, Bélgica, España y Canadá- que aprueba el matrimonio entre homosexuales.
Según la sentencia, limitar el matrimonio a las parejas heterosexuales es contrario al principio de igualdad de derechos reconocido en la Constitución sudafricana. En consecuencia, los jueces exigen que se cambie la definición de matrimonio que recoge la ley vigente, de 1961: «la unión entre un hombre y una mujer».
El Congreso Nacional Africano (CNA), que gobierna con holgada mayoría -más de dos tercios- en el Parlamento, no es favorable al matrimonio homosexual, como tampoco lo es la mayoría de la población. De hecho, la decisión del Constitucional es respuesta a un recurso del gobierno contra una sentencia del Tribunal Supremo de Apelaciones, que hace un año se pronunció a favor del matrimonio homosexual (ver Aceprensa 15/05). Pero no parece que el ANC esté dispuesto a promover una reforma de la Constitución, que sería la única manera de evitar el cambio impuesto por el Tribunal Constitucional. Hasta ahora, solo un pequeño partido democristiano ha propuesto esta solución, mientras que el ANC guarda silencio al respecto.