En Estados Unidos, en poco más de un año, los Estados que han aprobado enmiendas constitucionales que expresan que el matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer han pasado de 6 a 19. El último ha sido Texas, el 8 de noviembre.
Entre las diversas opciones que existen para fortalecer la definición de matrimonio como unión entre un hombre y una mujer, la enmienda a la Constitución federal es la más contundente, pero también la más compleja. De aprobarse, las personas del mismo sexo no podrían casarse en Estados Unidos. Solo ha habido un intento de iniciar el proceso de enmienda, en julio del año pasado, pero el Senado no lo admitió a trámite (ver servicio 103/04).
La enmienda a la Constitución de cada Estado es relativamente más sencilla. Kansas la aprobó en abril y Texas lo acaba de hacer, por mayoría del 76% en el referéndum del día 8. Esta amplia mayoría muestra que la noción de matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer tiene el apoyo tanto de votantes republicanos como demócratas. Esta solución desarma a los jueces para definir el matrimonio a su antojo y no reconoce efectos legales a los matrimonios entre personas del mismo sexo que puedan ser permitidos en otros Estados o países.
Con la enmienda de Texas, ya son 19 los Estados que en sus constituciones definen expresamente el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer. En otros cuatro Estados (Alabama, Carolina del Sur, Dakota del Sur y Tennessee), sendas enmiendas del mismo tipo ya han superado los trámites parlamentarios y están listas para que los ciudadanos las voten el año próximo. No obstante, los cuatro Estados tienen ya leyes estatales que prohíben las uniones entre homosexuales.
Massachusetts es la única jurisdicción que, por una decisión del Tribunal Supremo del Estado, permite desde mayo de 2004 el matrimonio de parejas del mismo sexo. Pero quiza en la próxima legislatura se plantee una enmienda que prohibiría tales uniones. En Wisconsin, Indiana y Virginia también está abierto el proceso de enmienda pero todavía falta una segunda votación en trámite parlamentario.
Por último, Maine aprobó este año la ampliación de una ley para evitar la discriminación por razón de la orientación sexual. El 8 de noviembre, una coalición presentó una iniciativa para anular esa ley, pero el 55% de los ciudadanos votaron en contra. De momento, los intentos de aprobar una enmienda se han rechazado en el parlamento. El gobernador, John Baldacci, dice que no tiene intención de patrocinar «ninguna enmienda constitucional que no amplíe derechos», pero también ha dicho públicamente que «está en contra del matrimonio entre homosexuales». En cualquier caso, las leyes de Maine definen el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer.