El 28 de junio, el Papa presentó el «Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica», un texto de 205 páginas con 598 preguntas que resume el Catecismo publicado en 1992. La idea de elaborar el Compendio se propuso en el Congreso Catequístico Internacional de 2002. Al año siguiente, Juan Pablo II encargó la redacción del Compendio a una comisión de cardenales presidida por el entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Joseph Ratzinger. El mismo día 28 se inauguró la causa de beatificación de Juan Pablo II.
En la presentación del Compendio, el arzobispo Angelo Amato subrayó su estilo dialogado -que «abrevia notablemente el texto, reduciéndolo a lo esencial» para favorecer la asimilación y memorización de los contenidos- y su recurso a las imágenes -«la imagen sacra puede expresar mucho más que las palabras»-, así como el propósito de «despertar un interés renovado por el Catecismo, que sigue siendo el texto básico de la catequesis eclesial». Al igual que el Catecismo, el Compendio se articula en cuatro partes: el Credo, los sacramentos, los mandamientos y la oración.
En otro momento del acto, Benedicto XVI habló de la sentida necesidad de contar con «un catecismo sintético, breve, que contuviese todos y solo los elementos esenciales y fundamentales de la fe y de la moral católica, formulados de una manera sencilla, accesible a todos, clara y sintética». El resultado ha sido este Compendio que el Papa, además de a los católicos, desea «entregar idealmente también a toda persona de buena voluntad que quiera conocer las insondables riquezas del misterio salvífico de Jesucristo».
También el Papa se refirió a la forma dialogada y al uso de imágenes sagradas, que son «anuncio evangélico y expresan el esplendor de la verdad católica, mostrando la suprema armonía entre lo bueno y lo bello, entre la via veritatis y la via pulchritudinis».