Manuel Calvo Hernando, periodista científico
La relación entre los medios de comunicación y los científicos parece cada vez más importante. El público espera mucho de la ciencia, aunque a la vez tiene un miedo difuso frente a un desarrollo tecnológico incontrolado. Manuel Calvo Hernando, presidente de la Asociación Española de Prensa Científica, es un periodista que ha batallado toda su vida por el acercamiento entre ciencia y sociedad.
Los científicos necesitan hoy a la prensa para dar a conocer lo que hacen y atraer así recursos. La prensa necesita informar de temas científicos que inciden en la vida de los lectores (salud, medio ambiente, cambio tecnológico…). ¿Dónde se produce el desencuentro entre científicos y prensa: en el distinto lenguaje, en los diversos intereses?
El desencuentro se produce en el distinto lenguaje y los diversos intereses, a veces contrapuestos, y sobre todo en el distinto concepto de la noticia que tenemos científicos y periodistas. Muchas veces, cuando estaba en activo en el periodismo y pedía un artículo a algún investigador, y él me decía que en una semana lo preparaba, yo tenía que responderle que entonces ya no me interesaba.
En un sector como la economía y las finanzas, no siempre fácil de comprender, se ha alcanzado un grado de divulgación que permite al lector medio entender, al menos, lo que se debate. En la divulgación científica ¿el mayor problema es la dificultad de la materia o la falta de interés de los medios de comunicación y del público?
Los dos hechos son origen de problemas de desconexión. La dificultad de la materia es una cuestión importante porque la cultura científica es insuficiente en nuestras sociedades y porque muchas veces se trata de cuestiones profundas o desconocidas. La falta de interés de los medios es también un gran problema, y esto sólo pueden afrontarlo los propios medios creando un clima de interés hacia el conocimiento. Pero las sociedades actuales, y en este caso la española, tienen escasa sensibilidad para la ciencia y la tecnología, aunque parece advertirse una mejoría en este campo. En último término, es un círculo vicioso: no se difunde la ciencia porque no existe un clima favorable y este clima deben justamente crearlo los medios informativos, como hace muchos años crearon la afición al fútbol y a otros deportes, etc.
Hoy existe, por una parte, una inquietud creciente ante un desarrollo tecnológico mal dominado; por otra, se recurre cada vez más al experto para dilucidar cuestiones controvertidas (cambio climático, organismos genéticamente modificados, etc.). La información que llega al público sobre estos asuntos ¿es generalmente objetiva o influyen mucho en ella los distintos lobbies, ya sean económicos o ambientalistas?
Generalmente, la información que se facilita no suele ser objetiva y el periodista suele carecer de medios para seleccionar o matizar. La objetividad plena es algo difícilmente alcanzable en todos los ámbitos, pero mucho más en este, en el que hay que tomar posturas sobre temas que no conocemos o que no dominamos. Por otra parte, el experto es también proclive a utilizar la jerga técnica, porque piensa que ello da más importancia a su trabajo.
¿Mejora en España la atención de los medios de comunicación, en cantidad y calidad, a la divulgación científica? En este sentido, ¿cumple mejor su papel la prensa escrita, la radio o la televisión?
Sí, mejora. Se registran progresos evidentes, pero la situación ideal está lejos todavía. En cuanto a los medios, creo que es la prensa escrita la que cumple más adecuadamente esta tarea. La radio tiene que limitarse a llamar la atención del público mediante un flash y la TV si no tiene imagen, ni siquiera habla del hecho científico importante (en general, y salvo excepciones).
Alberto Fijo____________________Ver también «La ciencia necesita jóvenes» y entrevista a Fernando Sols.