En 2003 se produjeron en la Comunidad de Madrid 17.246 separaciones y divorcios (el 14% del total en España). La ruptura familiar es un problema creciente en la región: ha subido un 10% respecto de 2002. La Consejería de Familia y Asuntos Sociales de la Comunidad ha encargado una encuesta para conocer las causas de los conflictos que terminan en ruptura, y buscar soluciones.
La encuesta, titulada «Conflictividad, crisis y ruptura familiar en la Comunidad de Madrid», ha sido realizada por el Instituto de Política Familiar entre 400 parejas que en el momento de la entrevista no estaban en crisis (unidas por matrimonio religioso, 67,6%; civil, 12,3%; parejas de hecho, 20,1%), con predominio de personas de 35 a 49 años.
Los principales factores que dan estabilidad a la convivencia son, según los encuestados, el apoyo mutuo (6,5 puntos en una escala de 1 a 7), la fidelidad (6,4), la realización personal (6,3), el proyecto de vida en común (6,3) , el enamoramiento (6,2) y los hijos (6,1). En cuanto a las situaciones que pueden desembocar en conflicto, se corresponden casi en paralelo con la falta de esos factores de estabilidad: malos tratos (6,2 puntos), falta de comunicación (6,1), infidelidad (5,9) y proyectos de vida independiente (5,9).
Cuando las parejas responden a lo que podrían ser motivos internos de conflicto en su propia relación, la infidelidad pasa a primer lugar (5,87 puntos), seguida de no abordar los problemas a fondo (5,52) y la falta de tiempo para la pareja (5,40). Los principales motivos externos de conflictos son la aparición de adicciones, las dificultades económicas y la pérdida de empleo.
El 84,6% está satisfecho de la comunicación con su pareja. La mayor incomunicación se da en las parejas que llevan entre 5 y 10 años de convivencia (22,6%) y entre 10 y 20 años (25,3%); los encuestados responden que el origen está en la falta de tiempo (38,5%) y de diálogo (32,3%). Los temas de conversación más frecuentes son los hijos, la actualidad y las necesidades domésticas; hablar sobre la propia relación aparece en cuarto lugar.
El 74,4% de los encuestados percibe que la ruptura es la última parada de un proceso degenerativo de la convivencia, cuyo principal desencadenante es la falta de comunicación (41,8%).
En cuanto a las soluciones, el 82,8% de los entrevistados piensa que un periodo de reflexión durante la separación puede ayudar a reconciliarse. El 97,3% no ha acudido nunca a ningún servicio de mediación familiar, pero casi todos afirman que sería útil disponer de estos servicios cerca del hogar familiar; el 85,5% cree además que es una buena fórmula para abordar los conflictos sin llegar a la ruptura (cfr. Aceprensa 138/04 y 147/04) y que la usaría llegado el caso.
Según Blanca de la Cierva, directora general de Familia, el gobierno regional va a utilizar esta información para diseñar las próximas medidas de prevención y resolución de conflictos familiares, como el anteproyecto de ley de Mediación Familiar, el Plan Integral de Apoyo a la Familia y la red de Centros de Familia. Dentro de ese Plan, la Consejería de Familia y Asuntos Sociales acaba de firmar un convenio con el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid para poner en marcha una Unidad de asesoramiento y apoyo a las familias que se encuentren en situaciones de crisis.
Las conclusiones del estudio se completarán con una segunda encuesta a personas que atraviesan una fase de conflicto o que han sufrido una ruptura familiar, afirma Eduardo Hertfelder, presidente del Instituto de Política Familiar.
Ignacio F. Zabala