La belleza a su alcance

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La nueva terapia cosmética es quizá la especialidad médica que más crece: un 25% anual, según Medical Insight, empresa norteamericana especializada en análisis del sector. El porcentaje se refiere a la facturación, pues esta es una medicina muy comercial. Como decía Arthur Caplan, profesor de bioética en la Universidad de Pensilvania, «en la cirugía cosmética, el médico se ha convertido en un camarero, y el paciente es un cliente que simplemente escoge entre un menú de tratamientos» (The Economist, 22-XI-2003).

Según la Sociedad Americana de Cirugía Plástica, en Estados Unidos se realizaron unos 6,9 millones de operaciones cosméticas en 2002, más del triple que en 1997. Esto supone una intervención por 41 habitantes, lo que da idea de la popularidad de estos tratamientos, muy extendidos también en Europa y que crecen rápidamente en Asia y Latinoamérica.

La expansión se debe sobre todo al hallazgo de nuevos productos y técnicas más seguros y baratos. Hace diez años, corregir defectos estéticos de nacimiento o de la edad exigía ingresar en una clínica, una larga intervención en quirófano, molestias postoperatorias y una larga convalecencia. Además, el éxito no estaba asegurado y los fallos eran difícilmente reversibles. Y eso, al costo total, por ejemplo, de unos 20.000 dólares por quitarse las arrugas de la cara.

Hoy los tratamientos estéticos están al alcance de muchos bolsillos gracias a que son mucho menos invasivos, más rápidos y, en consecuencia, cuestan mucho menos. La estrella es el Botox, una sustancia que elimina arrugas y patas de gallo, y levanta labios caídos. La aplicación es sencilla: unas pocas inyecciones subcutáneas; no requiere más precaución que no tocarse la cara durante las cuatro horas siguientes; y los efectos duran unos seis meses. Botox proporciona a su fabricante, los laboratorios Allergan, 600 millones de dólares en ventas anuales en todo el mundo. Se empleó casi 1,7 millones de veces en 2002 en Estados Unidos.

Junto con el Botox, se han difundido mucho otros procedimientos como la abrasión microdérmica, las inyecciones de colágeno o la depilación con rayos láser. Todos estos tratamientos mueven hoy 6.500 millones de dólares anuales en todo el mundo, según calcula Medical Insight. En cambio, las operaciones para quitar varices están en retroceso.

La facilidad de los recientes tratamientos ha provocado un cambio en la demanda y en la oferta de servicios cosméticos. Como ya no hay que pensárselo tanto antes de encargar un arreglo, la clientela se ha rejuvenecido: muchos ya no esperan a que la edad les deje claras marcas, sino que empiezan antes de los 30 años y se someten a embellecimientos periódicos. Por el otro lado, las clínicas ya no tienen el monopolio, de modo que cada vez más médicos de familia entran en el negocio. Para los especialistas en cirugía plástica, eso es intrusismo; en Estados Unidos piden que se les reconozca por ley la exclusiva de la medicina estética.

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