Contrapunto
La OCDE acaba de publicar el estudio «El compromiso de los estudiantes con la escuela», que analiza el absentismo escolar y el sentido de pertenencia a la comunidad escolar entre los alumnos. España encabeza el absentismo: el 34% de los estudiantes de 15 años no acude al colegio varias veces, falta a algunas clases o llega tarde con frecuencia. El estudio se realizó en 2000, con estudiantes de 15 años en 32 países (28 de ellos de la OCDE) y luego se completó con datos de otros países no miembros (ver tabla).
La práctica de no asistir a clase se conoce en España como «hacer novillos», pero también como hacer pellas, campana, monta, capona, hacer la rabona, la rata, fumarse una clase… y así hasta el 34%. Se ve que la suma de sinónimos es proporcional a la afición. En cambio, a los japoneses hay que explicarles qué significa «hacer novillos». Ellos lo aprenden en la pizarra y sin necesidad de clases prácticas, ya que Japón es el país con el índice más bajo (4%).
La ministra española de Educación, Pilar del Castillo, parecía preparada para la noticia ya que declaró que «no es extraño y se ajusta también al elevado porcentaje de fracaso escolar que sufren los alumnos españoles» (el 30% al acabar la secundaria, según el propio Ministerio).
Algunas voces ya han criticado a la ministra y a su Ley de Calidad -obstinada en el valor del esfuerzo y en la exigencia- porque plantea más exámenes y más repeticiones. A ese ritmo, España estará también la primera en descontento escolar. Pobres chavales: fracasados y encima tristes.
Quienes se resisten a emprender cambios sustanciales en la enseñanza piensan que el problema principal para mejorar la calidad de educación es, como siempre, el dinero. La financiación es insuficiente, dicen. Es cierto que España gasta menos que la media de la OCDE; sin embargo, destina más recursos que otros países que obtienen mejores resultados escolares, como Corea o Irlanda; o menos que otros países que rebasan a los alumnos españoles en conocimientos pero que también gastan menos que la media, como Finlandia o Japón (ver servicio 26/02).
El último informe del Consejo Escolar del Estado exigía también más dinero y medios para las escuelas españolas. Atribuía el mayor éxito de otros países a la calidad de las infraestructuras, al clima de disciplina en las aulas y al compromiso del profesorado. Pero quizás también influya el que los alumnos van a clase. Y eso no se paga con dinero.
Ignacio F. Zabala