Tras varios intentos, News Corp., el grupo de comunicación presidido por Rupert Murdoch, ha cumplido su aspiración de tener una posición dominante en la televisión por satélite en Estados Unidos, al hacerse con el control de DirecTV, el primer operador del país. Los casi 13 millones de abonados a DirecTV (11,2 millones en Estados Unidos y 1,6 millones en Latinoamérica) supondrán para Murdoch un sustancioso aumento de audiencia y reforzarán su poder de negociación frente a operadores de cable, cadenas de televisión y productoras de películas. A partir de ahora, a los demás les será más difícil llegar al público sin contar con Murdoch.
News Corp. ya había tratado de adquirir DirecTV en 2001, pero el principal accionista, Hughes Electronics (filial de General Motors), prefirió optar a la fusión con Echostar, la segunda televisión por satélite de Estados Unidos. Pero las autoridades reguladoras pararon la fusión a finales del año pasado, por ver en ella peligro de monopolio. Murdoch reaccionó entonces con una oferta para comprar Echostar, pero no tuvo éxito. Entretanto, GM había decidido vender su parte de DirecTV al mejor postor, que ha resultado ser Murdoch. Según el acuerdo, News Corp. adquiere el 20% de las acciones de DirecTV que están en manos de Hughes y un 14% más en el mercado de valores. En total, la operación costará a News Corp. unos 6.600 millones de dólares.
Con esta compra, News Corp. se afianza en el mercado televisivo norteamericano. Primero logró crear una cuarta cadena nacional, Fox, cuando parecía que no cabía ninguna más junto a las ya implantadas ABC, CBS y NBC. En el cable también ha tenido éxito: el año pasado, su canal de información continua Fox News Channel superó en audiencia a la CNN. Además posee otros canales temáticos por cable y varias estaciones de televisión terrestre.
Murdoch tiene también televisiones por satélite en Gran Bretaña (BSkyB), Australia (Foxtel), Japón (Sky Perfect TV!), Asia oriental (STAR), Italia (Stream) y Latinoamérica (Sky Latin America), así como una participación minoritaria en la matriz de un canal chino de información continua vía satélite. En total, suma 117 millones de abonados en cuatro continentes (la mayoría, 95 millones, de STAR). En prensa, es dueño de revistas en Australia, Estados Unidos y Gran Bretaña; de 22 periódicos en Australia y otros países de Oceanía, de siete en Gran Bretaña y del New York Post en Estados Unidos. Posee la editorial HarperCollins, multinacional, y otra menor, norteamericana. El conglomerado se completa con agencias de publicidad, servicios de marketing, sellos discográficos… y la productora cinematográfica 20th Century Fox y sus empresas filiales.
Todos los medios informativos de Murdoch difunden el mismo mensaje de fondo, aunque permiten comentaristas discrepantes. Se ha notado en especial con la crisis de Irak: las televisiones y periódicos de News Corp. han apoyado decididamente la intervención militar. Esta es la postura del jefe, aunque él mismo ha declarado que no podría imponer sus opiniones, aunque quisiera, en tantas redacciones (cfr. International Herald Tribune, 9-IV-2003).
El caso es que los medios de News Corp. suelen tocar las mismas notas. Un caso célebre es el cambio del diario británico The Sun, tradicionalmente conservador, que en 1997 pasó a apoyar a Tony Blair. De inmediato se sumaron los demás periódicos nacionales de Murdoch (TheTimes, The Sunday Times y News of the World), que con The Sun tienen el 35% del mercado. En Estados Unidos se percibe ahora más que antes el peso de Murdoch, sobre todo a través del semanario The Weekly Standard, que al parecer es muy leído en los círculos gubernamentales.
La fuerte expansión y la creciente influencia de News Corp. no se reflejan exactamente en la cuenta de resultados. En el pasado año fiscal, el grupo perdió 6.300 millones de dólares, 14 veces más que en el ejercicio anterior. No es un caso excepcional entre los grandes conglomerados de comunicación. El mayor del mundo, AOL Time Warner, ya registró un récord de pérdidas el año pasado, y este mes su deuda ha crecido hasta casi 30.000 millones de dólares, al tener que recomprar las acciones de AOL Europe que estaban en manos de Vivendi.