Este año, dos premios han venido a colmar una nutrida serie de honores que desde 1956 ha ido recibiendo el intelectual alemán Hans Magnus Enzensberger en su país y en el extranjero. En junio obtuvo el Ludwig-Börne Preis, uno de los galardones más prestigiosos de la crítica alemana; esta semana, en España, se le hace entrega del Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades. Enzensberger, poeta y pensador, de un izquierdismo que se ha ido moderando con los años, es un crítico de la sociedad acomodada y mediocre que ha crecido a la sombra del desarrollo material.
Para los alemanes de mi generación, que es la de la postguerra, Enzensberger era y sigue siendo una de las figuras intelectuales más destacadas de los años 60 y 70; es más, todavía hoy, cumplidos ya los 73 años, sigue siendo un autor y pensador prestigioso.
En aquellos años rebeldes y neorrománticos Enzensberger representaba para los jóvenes y no tan jóvenes el buque insignia de un movimiento de intelectuales que pretendían acabar con las, para ellos, periclitadas y anquilosadas convenciones y convicciones de la burguesía establecida. Eran los tiempos en los que se preparaban y realizaban las actuaciones de agitación política entre anarquistas y terroristas como los Dutschke, Teufel, la banda Baader-Meinhof, y las revueltas estudiantiles en toda Europa.
Debilidad por la literatura
Hans Magnus Enzensberger nace en 1929 en Kaufbeuren (Baviera), pasa su infancia en Nuremberg (1931-1942) y a los 16 años, meses antes de terminar la II Guerra Mundial, todavía lo llaman a filas en el llamado Volkssturm, una milicia que se monta desesperadamente cuando ya era inminente la derrota final del nazismo y el Tercer Reich. Después de acabar en 1949 sus estudios secundarios, Enzensberger cursa filología y filosofía en varias universidades alemanas y extranjeras. En 1955 se doctoró con una tesis «Sobre los recursos poéticos en la obra lírica de Clemens von Brentano», un conocido poeta romántico alemán.
Ya como adolescente había descubierto su debilidad por la literatura, una predilección fortalecida por sus estudios y que no le iba a abandonar nunca, convirtiéndolo en uno de los autores fértiles de la literatura y del ensayismo de postguerra. Es un hombre extremadamente emprendedor, como se infiere de sus abundantes compromisos y actividades de toda índole. En los años cincuenta le nombraron miembro del famoso Grupo 47, asociación de los intelectuales y artistas que se consideraron líderes culturales de primera hora después del descalabro de la II Guerra Mundial y que atraían a las jóvenes promesas literarias de vanguardia. Ambos sectores influyeron poderosamente en la vida cultural alemana de aquellos años.
Enzensberger trabaja también en la sección cultural de la emisora de radio alemana Süddeutscher Rundfunk y es profesor en la Escuela Superior de Diseño de Ulm. Entre 1957 y 1960 realiza estancias en varias universidades de Estados Unidos, México, Noruega, Italia, y entre 1963 y 1964 viaja por la Unión Soviética y el Próximo Oriente. En el curso académico 1964-1965 le otorgan la prestigiosa Cátedra de Poética de la Universidad de Frankfurt en el Meno. Fue después profesor visitante de la Wesleyan University de Connecticut. Al terminar su estancia en Estados Unidos permaneció durante una temporada en Cuba.
En este último punto, en su estancia en dos naciones política e ideológicamente opuestas, ya se vislumbra una de las facetas destacadas en el pensamiento y la actuación de Enzensberger: no se le puede encasillar fácilmente, intenta buscar y mantener distanciamiento y equilibrio entre las ideologías, entre las formas de pensar, entre instituciones y poderes, un hecho que se reflejará continuamente en su quehacer literario y ensayístico.
Otra de las actividades culturales es la edición de revistas, entre ellas Kursbuch (Guía de ferrocarriles), fundada en 1965. La publicación adquirió fama como órgano unificador de los intelectuales y artistas de la izquierda progresista en Alemania. En 1980 lanza la revista TransAtlantik en la que colabora hasta 1982. Por si fuera poco, también es director de la “Andere Bibliothek” (La otra biblioteca), colección en la que se han publicado ya más de 70 volúmenes.
Poesía comprometida
Resulta difícil caracterizar la obra y las actividades de Hans Magnus Enzensberger por la notable diversidad de su producción, que abarca todos los géneros y que se debe a sus múltiples intereses culturales y políticos. Acaso ayude algo dividirla entre la producción estrictamente literaria, que comprende tanto obras líricas como narrativas y de teatro, y la producción ensayística, que abarca varios volúmenes. Un apartado particular merece su actividad de traductor literario, puesto que una de las razones por las cuales se le concede el Premio Príncipe de Asturias es, además de su hispanofilia, seguramente su dedicación continua a autores literarios de habla castellana y a su labor de traductor de obras españolas al alemán (la última hasta ahora es una versión nueva de La casa de Bernarda Alba, de García Lorca, publicada en 2000).
Su obra poética se caracteriza por lo que se suele llamar «poesía social» o «poesía comprometida», muy acorde con el ambiente que se respiraba desde los años 50 en adelante en círculos literarios e intelectuales de Alemania. Es una poesía de rebelión y de agitación, de rechazo de la supuesta estrechez mental de la burguesía establecida y de la prepotencia del sistema y los gobernantes.
Su primer libro de poemas, Verteidigung der Wölfe (Defensa de los lobos), de 1957, que sublevó a la crítica académica, reflejaba el escepticismo y el laconismo de la joven generación que se oponía a la para ellos omnipresente amenaza de represión y fascismo. Traduciré unos versos del largo poema “Landessprache” (Idioma nativo), del libro del mismo título publicado en 1960. Estos versos me parecen representativos y reveladores, tanto del tono de la poesía política del momento como del modo de hacer de Enzensberger: «¿Qué pinto yo aquí, / en este país, / al que me trajeron mis antepasados / por descuido? / Nativo pero desconsolado, / ausente estoy aquí, / afincado en la cómoda miseria, / en la fosa amena y satisfecha».
Se advierte fácilmente el desasosiego de la persona que se siente presa en una sociedad «que prospera, pero no avanza». Sin embargo, sus poemas nunca son burda agitación. Mantienen el aire de universalidad exigible a la gran poesía aunque sea ésta de índole comprometida y crítica.
Voz no partidista
Decididamente, Enzensberger no es portavoz de ningún partido, sus acusaciones son las de la humanidad, son las de un crítico objetivo pero no neutro. Ahora bien, tampoco puede ocultar totalmente su visión izquierdista y progresista que en ocasiones, pocas, llega a predominar, cuando dice, por ejemplo, «va a ser victoriosa / la causa de los videntes / los tuertos / se han hecho cargo / han tomado el poder / y han hecho rey al ciego» (el autor omite deliberadamente los signos de puntuación).
En su ensayo Poesía y política, de 1962 (incluido en el volumen Einzelheiten II, que se publica en 1966), el autor precisa los presupuestos del compromiso en la literatura: «El aspecto político de la poesía debe serle inmanente. Ninguna derivación desde fuera es capaz de revelarlo». Es más, Enzensberger insiste en que es «tarea política» del poeta «renunciar a cualquier encargo político y de hablar por todos incluso allí donde no habla de ninguno, de un árbol, de una piedra, de lo que no es».
Con el libro Blindenschrift (Escritura Braille), de 1965, se cierra el primer ciclo de la lírica enzesbergeriana, que sólo se reiniciaría diez años más tarde con Mausoleum. Ya ahora empieza a notarse una cierta resignación que va a ser una nota característica de la lírica posterior. En un breve poema, con el extraño título “Windgriff”, que significa algo así como «garra del viento», dice: «Algunas palabras / ligeras / como semillas de chopo // suben / girando en el viento / bajan / difíciles de captar / van lejos / como semillas de chopo // Algunas palabras / mullen la tierra / más tarde quizá // arrojarán una sombra / una sombra estrecha / quizá no».
Este sentimiento de la impotencia revolucionaria de la poesía se observa en muchos poetas de la postguerra y sobre todo de la segunda mitad del siglo XX. La misma resignación se respira también en este poema. Algunas palabras quizá «mullen la tierra», o «arrojarán una sombra», pero ¿quién lo sabe? No se puede esperar un efecto revolucionario de la literatura.
Ensayos
A partir de 1962 asistimos a una más intensa producción en prosa sobre los más diversos temas y en los más diversos géneros. Enzensberger se dedica a escribir tratados, manifiestos, discursos, cartas abiertas, parodias; hace recensiones, prólogos y conferencias. El objetivo de estas publicaciones se define en un pequeño epílogo que Enzensberger escribe al volumen de ensayos titulado Einzelheiten I (Detalles I) de 1962 (con numerosas reediciones), en el que afirma que «la crítica no pretende despachar sus asuntos, sino exponerlos para una segunda consideración: su intención no es la revolución sino la revisión».
La mayoría de los ensayos de Enzensberger se publicaron en revistas o se emitieron por radio antes de que se reunieran en forma de libro. Dos de las recopilaciones llevan el título Einzelheiten (Detalles). El primer volumen está dedicado a la industria de la conciencia, como la llama Enzensberger. El segundo, Einzelheiten II, tiene como tema la poesía y la política, y comprende también artículos sobre poetas de habla española, como César Vallejo y Pablo Neruda. En 1964 sale a la luz el volumen Política y crimen, cuyo título ya resulta de por sí sumamente elocuente. Más autoafirmativo y lleno de triunfalismo izquierdista son los artículos reunidos en Palaver (Parloteo), de 1974. Es el afán propagandístico el que llama la atención, sin que falte tampoco el intento de distanciamiento crítico. Significativa para la atmósfera predominante me parece la descripción de Cuba y del Partido Comunista cubano en el ensayo Retrato de un partido. Aquí también se encuentran reflexiones sobre el uso y el abuso de los medios, que es un tema y una preocupación recurrentes en Enzensberger.
La «industria de la conciencia»
Einzelheiten I reúne siete ensayos de diversa extensión agrupados bajo el subtítulo “Industria de la conciencia”, que constituye la clave programática que revela la intención del autor no sólo en éste sino incluso en bastantes ensayos posteriores. Nuevamente aflora aquí la tendencia izquierdista y progresista, puesto que todos los ensayos acusan y pretenden demostrar que el capitalismo reinante aspira a acaparar cínicamente no sólo el dinero y los recursos, sino a dominar también la conciencia de los ciudadanos. Y ello a través de una industria especializada en «comer el coco» a todo el mundo a través de la prensa, la industria editorial, el turismo y la retórica conservadora. No es de extrañar que el lenguaje desempeñe, junto con la imagen, un papel importantísimo en esta empresa y que en varios ensayos se analice con detenimiento; basta echar una ojeada a títulos como Journalismus als Eiertanz (Periodismo como prestidigitación), Die Sprache des Spiegel (El lenguaje del Spiegel, un conocido semanario alemán) o Sieben Hauptfiguren konservativer Rhetorik (Las siete figuras principales de la retórica conservadora).
La industria de la conciencia lleva a cabo lo que Enzensberger denomina como explotación inmaterial. Y lo consigue de un modo muy sofisticado, puesto que para poder domesticar al ciudadano tiene que generar primero conciencia, juicio y capacidad de decisión para luego instrumentalizarlos en el sentido y en beneficio del sistema. «La ambigüedad que reside en el hecho de que la industria de la conciencia siempre tiene que conceder primero a sus consumidores lo que luego les quiere sustraer, se repite y se agudiza cuando se echa una mirada a sus productores, los intelectuales. Ciertamente no disponen del aparato industrial, sino que el aparato dispone de los intelectuales».
Lo mismo ocurre con el turismo, que -según afirma Enzensberger en el ensayo “Una teoría del turismo” que cierra Einzelheiten I– se caracteriza por tres rasgos: «la normalización, el montaje y la fabricación en serie». La normalización se lleva a cabo a través de las guías turísticas y las agencias de viaje con sus mecanismos y ofertas; lo que el autor llama montaje se efectúa a través del establecimiento de itinerarios con sus hoteles, curiosidades y arreglos gastronómicos. Y, finalmente, el invento del viaje en grupo ha completado los métodos de la producción turística en masa. «La corriente del turismo es un movimiento de fuga de la realidad con la que nos confronta nuestra sociedad. Pero cualquier huida, por muy estúpida e impotente que sea, critica aquello de lo que huye». Se puede concluir que la forma en la que el autor encara la problemática de la sociedad moderna y de la industria de la opinión abre los ojos y sensibiliza a los más atentos frente a las manipulaciones.
Izquierdismo comedido
Conociendo la versatilidad del autor y su expreso intento de mantener distancia y no someterse a nadie, no extraña que en los años 70, después de una intensa actividad como autor y editor de ensayos y artículos políticos, vuelva a la poesía diversificando también en ella sus actividades, desde la edición de poemas de W.H. Auden, Rafael Alberti, William Carlos Williams y de poemas suyos escritos entre 1955 y 1970, a la traducción de poetas como Pablo Neruda (1968), Suchovo-Kobylin (1970), Octavio Paz y Lars Gustafsson (1973). Tras un breve episodio de triunfalismo izquierdista y progresista que coincide con la época cubana del poeta, vuelve a una actitud más comedida y circunspecta que es mucho más suya. Mientras que la lírica del momento era la subjetivista y personal, Enzensberger se desvía nuevamente de la corriente en boga con el deseo de remediar el llamativo descuido de lo histórico en la poesía. Escribe entonces las 37 “Baladas de la historia del progreso” (1975), que pertenecen al volumen Mausoleum y dan testimonio de esta óptica histórica que va a contrapelo del egocéntrico culto al yo que regía en la época.
Se aprecia también con toda claridad la actitud distanciada y hasta resignada que observamos ya en su temprana poesía comprometida. «En aquel entonces pensamos todos: / Mañana será mejor, y si no / mañana, entonces pasado mañana. Pues bien- / quizá no mejor lo que se dice mejor, / pero sí distinto, completamente distinto, / en todo caso. Todo será distinto. / Una sensación maravillosa. Me acuerdo». Y luego aparece como un relámpago el verso «y me entretengo con el naufragio», una autocrítica, una acusación sarcástica de la reinante actitud despreocupada ante la situación apocalíptica. No hay que buscar mucho para encontrar paralelos en la industria cinematográfica reciente.
Los ensayos escritos a partir de los años 80 y reunidos en las colecciones Politische Brosamen (Migajas políticas) (1982), Ach Europa! (¡Vaya Europa!) (1987), Mittelmaß und Wahn (Mediocridad y delirio) (1988) reanudan la perspectiva de la diversidad haciendo especial hincapié en detalles para mostrar su carácter ejemplar dentro de la situación actual. A partir de la segunda colección aparece más acentuadamente una técnica narrativa que presenta las circunstancias de modo descriptivo más que desde la perspectiva del comentarista autoritario y soberano.
En Mediocridad y delirio se realiza un repaso crítico de la situación política antes de la reunificación alemana. La república ha alcanzado una «mediocridad altamente calificada» y una «normalidad hiperbólica», con lo cual ya se detecta que no se trata de un elogio de la República Federal, sino de un cuadro bastante negativo y pesimista de la mediocridad convertida en normalidad, una república «enormemente contenta y estupendamente normal, sólo que no es de fiar».
Enzensberger sigue siendo un ensayista eminentemente político, pero también un autor que rehúye toda coacción política y partidista y cuya lectura debería ser obligatoria para todo alemán y, ¿por qué no?, para todo ciudadano del mundo consciente de sus responsabilidades políticas y democráticas.
______________________________________
Kurt Spang es profesor de la Universidad de Navarra, Departamento de Literatura Hispánica y Teoría de la Literatura.